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En India se ofrece 1 millón de dólares por descifrar la ancestreal escritura del Indo, llamada protoíndica. Lo ofrece MK Stalin, (Muthuvel Karunanidhi Stalin) el primer ministro del estado de Tamil Nadu, en el sur de la India, y el desafío es colosal. Apenas se cuenta con unas 4.000 muestras en sellos, cerámicas y tablillas, de una antigüedad que ronda los 5.300 años. Se desarrolló en la región del Valle del Indo, que abarca partes del actual Pakistán y el noroeste de la India, durante la civilización del Valle del Indo, que floreció aproximadamente entre el 2600 y el 1900 a.C., de manera que fue contemporánea de Mesopotamia y Egipto.
Los intentos con informática avanzada han descubierto algunos patrones, pero poco más. ¿Quién se anima? En Canarias tenemos a mucho filodescifrólogo capaz de acometer este tipo de retos, aunque los resultados, entre unos y otros, lleguen a ser hasta contradictorios.
Esta escritura es única en muchos aspectos. Se compone de caracteres que parecen ser pictogramas y logogramas, lo que sugiere que pudo haber sido una combinación de escritura ideográfica y fonética. Los signos suelen ser breves, con un promedio de cuatro o cinco caracteres por inscripción. Las más largas conocidas tienen entre 17 y 26 signos. Los objetos descubiertos muestran un número reducido de símbolos en su superficie, y muchos de ellos incluyen figuras de animales como cebúes, búfalos, rinocerontes, tigres, elefantes y criaturas fantásticas como unicornios.
Algunos investigadores sugieren que la escritura se utilizaba principalmente con fines administrativos y comerciales, como documentos de identidad, tarjetas de intercambio, amuletos u objetos votivos. Otros proponen que los signos representaban nombres personales, títulos profesionales o administrativos. Obviamente, a lo largo del tiempo no han faltado las teorías mágicas y sagradas, que relacionan los signos con símbolos de los dioses, elementos talismánicos, etc.

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