En Davao, Filipinas, se viven momentos enorme tensión ante la fuga/ocultación del lider religioso, peligroso delincuente sectario para organizaciones como el FBI y el propio gobierno filipino, Apollo Carreon Quiboloy. El carismático pastor, autoproclamado “dueño del universo” e “hijo designado de dios”, fundó en 1985 el Reino de Jesucristo, una iglesia cristiana que al parecer acumula ya unos 6 millones de seguidores. Desde hace unos días, y trás una redada con 2.000 agentes de policia participando, Quiboloy está en paradero desconocido. Se piensa que está refugiado en un bunker subterráneo junto a sus seguidores más fieles, pero las dimensiones de su “finca” son tan enormes, que dificilmente darán con él en breve. Todo apunta a un mal desenlace.
Conspiración, tráfico sexual, fraude y coacción son algunos de los delitos que se le atribuyen.