Han pasado más de 40 años desde que personalmente nos interesamos por el fenómeno OVNI, y casi 80 años desde que, oficialmente, este escurridizo misterio se convirtiera en parte de la cultura mundial tras el eco mediático del avistamiento de Kenneth Arnold en junio de 1947. Desde entonces, se han planteado todo tipo de hipótesis, algunas más plausibles y otras descabelladas, y junto con la ocultación y negación oficial, hemos convivido con decenas de miles de casos que nos gritan a la cara que no todo es lo que parece.
Sin embargo, vivimos tiempos distintos, en los que los roles se han cambiado, y ya, ante tanta confusión y giro de timón, no sabemos muy bien lo que pensar. Esta reflexión en voz alta viene a cuento del más reciente estudio “serio” publicado sobre los OVNIs-UFOs-UAPs, que plantea que la explicación puede estar en la Tierra, en CRIPTO-TERRESTRES, (Hipótesis CTH) que podrían tener sus bases ocultas en volcanes, lagos, e, incluso, en la Luna…¿lo dejamos aquí?
Sigamos un poco más, puesto que no descartan que los seres que estén tras el fenómeno OVNI vivan entre nosotros. La propuesta se plantea desde las universidades de Harvard y la Tecnológica de Montana, en el marco de un artículo en el que consideran que los escenarios planteados están al límite de la credibilidad social y científica. El psicólogo de la Universidad de Harvard Tim Lomas y su colega en la misma, Brendan Case, junto con el doctor Michael P. Masters, profesor de antropología biológica en la Universidad Tecnológica de Montana, firman el artículo. En el mismo también afirman que “algunos aspectos de la UAP son lo suficientemente extraños como para que parezcan requerir explicaciones poco convencionales” Los autores son sin duda atrevidos, ya que lo que ellos plantean al amparo de su posición académica es parte del argumentario ufológico desde hace décadas, incluso, de géneros tan cuestionables como el de la conspiración exopolítica. En todo caso debe quedar claro que no sólo definen su trabajo como pensamiento especulativo, desvinculando su artículo publicado en la revista Philosophy and Cosmology, de las universidades a las que pertenecen y planteándolo como algo a título personal, sino que incluso, en las primeras líneas, podemos leer algo tan paradójico como que “creemos que esta hipótesis es con toda probabilidad falsa, pero aun así creo que merece la pena la investigación científica”
En resumen, tras un colosal análisis casuístico, de la literatura ufológica, el folklore mágico, y aquella vinculada específica con los “antiguos astronautas”, sugieren que, como alternativa a los OVNIs procedentes del espacio exterior (extraterrestres que nos visitan) y a la tesis de que todo es explicable desde fenómenos atmosféricos, confusiones o tecnología terrestre secreta, debemos tener en cuenta los siguientes escenarios:
CTH1: Criptoterrestres humanos. Una antigua civilización humana tecnológicamente avanzada que fue en gran parte destruida hace mucho tiempo (por ejemplo, por una inundación), pero continuó existiendo en forma remanente.
CTH2: Criptoterrestres homínidos o terópodos. Una civilización no humana tecnológicamente avanzada que consiste en algún animal terrestre que evolucionó para vivir en sigilo (por ejemplo, bajo tierra), tal vez un homínido o, alternativamente, una especie mucho más lejana relacionada con nosotros (por ejemplo, descendientes de desconocidos dinosaurios inteligentes).
CTH3: Antiguos criptoterrestres extraterrestres o extratempestiales. Extraterrestres o nuestros descendientes inter-temporales que “llegaron” a la Tierra en un pasado remoto, desde otras partes del Cosmos o de la Humanidad del Futuro, respectivamente, y se ocultaron sigilosamente.
CTH4: Criptoterrestres Mágicos. Entidades que se parecen menos a extraterrestres convencionales y más a ángeles terrestres, relacionándose con el mundo habitado por humanos de maneras que (al menos desde nuestro presente) son menos tecnológicos que mágicos, que se conocen en las lenguas europeas por nombres como hadas, duendes, ninfas, etc.