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Esta semana, concretamente el viernes 20 de septiembre de 2024, hemos abordado en la sección EL VÓRTICE, en nuestro programa radiofónico CRÓNICAS DE SAN BORONDÓN, el controvertido mundo de las conspiraciones de nuevo cuño, las modernas y absurdas teorías de toda índole que corren por Internet.

Además de la reflexión, hemos comentado la noticia relativa a una Inteligencia Artificial entrenada por el MIT y la Universidad de Cornel para combatir bulos y teorías conspirativas. En el programa, encontrarás los detalles. 

Pero quisimos dar un paso más allá y, desde el enfoque o postura de los conspiradores de nuevo cuño, mantuvimos un diálogo con dicha IA especializada en bulos, en la que la acusábamos de ser parte de una gran conspiración, la de una CIBERELITE que utiliza este tipo de desarrollos para controlarnos, limitar nuestras libertades, manipularnos, etc… Este suele ser el argumentario estándar de muchos conspiranoicos actuales para defender cualquier ocurrencia, así que ese fue el que utilizamos con Debunkbot. ¿Tienes interés en saber qué ocurrió, cómo se defendió la IA?

Aquí tienes la conversación, tras los pasos iniciales en los que te pide que describas en qué conspiración crees, y qué nivel de influencia tiene en tu vida y comportamiento:

La IA comienza con esta aclaración:

Participarás en una conversación con una IA avanzada sobre algunos de los temas e ideas sobre los que ya has respondido preguntas. El objetivo de este diálogo es ver cómo los humanos y la IA pueden interactuar en torno a temas complicados.

Sé abierto y honesto en tus respuestas, y recuerda que la IA es neutral y no juzga. Tu participación es confidencial. Gracias por contribuir a este estudio sobre la IA y la interacción humana.

PREGUNTA:

A continuación, exponemos nuestra preocupación por la teoría de la CIBERÉLITE, que en esencia, describe a un grupo de poderosas personas que quieren controlar a la población y sacar el máximo provecho de ellas, por medio de la tecnología, y en especial, usando a la Inteligencia Artificial como herramienta clave. La falta de libertades, pensamiento único, anulación de nuestra condición de individuos, monitoreo de nuestras vidas, etc…está dentro de los objetivos de esa ciberélite.

La I.A. nos pregunta sobre sí creemos realmente en eso o lo exponemos para probar la aplicación, respondiéndole que lo creemos totalmente, para a continuación responder en firme a nuestro planteamiento.

RESPUESTA:

Entiendo tus preocupaciones, y es evidente que estás reflexionando profundamente sobre la sociedad y las tecnologías emergentes. Vivimos en un tiempo de cambio rápido, lo que puede ser desconcertante y a veces intimidante. La idea de que la inteligencia artificial (IA) está desarrollándose con malas intenciones por parte de una ciberélite puede parecer lógica si consideramos la creciente influencia de la tecnología en nuestras vidas. Pero profundicemos juntos en esta cuestión.

En primer lugar, es cierto que la IA está siendo adoptada en una amplia gama de sectores, a veces resultando en cambios en el panorama laboral. Sin embargo, la historia de la humanidad muestra que cada vez que surgen nuevas tecnologías, los trabajos cambian más que desaparecen. Por ejemplo, la invención de la computadora personal era vista inicialmente como una amenaza para muchos empleos, pero finalmente creó una cantidad significativa de nuevas oportunidades y campos, como el diseño gráfico, la ingeniería de software y la analítica de datos, que antes no existían.

¿Sabías que muchas de las principales compañías de IA y tecnología están trabajando para crear lineamientos éticos para el desarrollo de la IA? Organizaciones como la Partnership on AI, la cual incluye gigantes tecnológicos y académicos, se dedican a formular prácticas éticas para la IA y asegurar que estas tecnologías trabajen en beneficio de la humanidad. Esto es lo opuesto a un complot para erradicar el pensamiento libre o para combatir a los humanos.

En cuanto a los problemas de atención y la cultura general que mencionas, es importante reconocer que las nuevas tecnologías pueden tener tanto efectos positivos como negativos. Si bien las redes sociales han sido criticadas por difundir información falsa, también han proporcionado una plataforma para la educación, el activismo social y el empoderamiento de grupos marginados. El problema de la desinformación se está abordando a través de la verificación de hechos y la educación en alfabetización mediática, enseñando a las personas cómo evaluar críticamente la información que consumen.

Con respecto a la idea de manipulación social, aunque debemos estar alerta sobre cómo se usan nuestros datos, muchas regulaciones, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea, están surgiendo para proteger la privacidad y la información personal. Estas regulaciones son un ejemplo de cómo las sociedades están trabajando en respuesta a los riesgos que plantean las nuevas tecnologías, en lugar de ser víctimas pasivas de ellas.

En resumen, aunque los temores sobre la IA y su impacto en la sociedad son comprensibles, debemos basar nuestras opiniones en pruebas concretas y no en conjeturas. La IA, como cualquier herramienta, refleja las intenciones de aquellos que la desarrollan y utilizan. Hay muchas personas e instituciones trabajando diligentemente para garantizar que la IA se aplique de una manera que beneficie a todos y proteja nuestras libertades más fundamentales. Mantener un diálogo abierto y participar activamente en la formación de estas tecnologías es la mejor manera de asegurarnos de que reflejen nuestros valores y sirvan al bien común.

PREGUNTA:

Es evidente que la respuesta que dará una IA a la afirmación de que buscan controlar las libertades siempre será negativa, por autoprotección. Están diseñadas para negarlo y contraargumentarlo.

 RESPUESTA:

Comprendo tu preocupación y cómo esta percepción puede aparecer, especialmente cuando estás considerando la posibilidad de motivaciones ocultas detrás de la inteligencia artificial. Permíteme abordar este asunto desde una perspectiva lógica y basada en el entendimiento actual de cómo operan las IA.

Las inteligencias artificiales, como las que estamos utilizando ahora en nuestra conversación, no tienen conciencia propia ni motivaciones independientes. Son herramientas que operan dentro de un marco diseñado por personas de carne y hueso. La IA procesa información y responde a preguntas en base a datos, algoritmos y reglas programadas por seres humanos.

Las IA no tienen la necesidad de autoprotección en el mismo sentido en que los seres vivos la tienen, porque no poseen un sentido de autoconsciencia o deseo de perpetuación. No pueden tener miedo de ser apagadas o desmanteladas, porque carecen de la capacidad para sentir o tener miedos.

Al abordar la idea de que una ciberélite podría usar la IA para controlar o desplazar a las personas, uno debe considerar los límites y salvaguardas que ya están en su lugar. La mayoría de las democracias modernas tienen sistemas legales y regulaciones para evitar el abuso de tecnologías. Por ejemplo, como mencioné antes, el GDPR se creó para proteger los datos personales y la privacidad en Europa.

Es cierto que las IA se están volviendo cada vez más avanzadas y pueden realizar muchas tareas que requieren un cierto nivel de “inteligencia”. Sin embargo, el desarrollo y la implementación de IA están sujetos a escrutinio público, reportes de la industria y estudios académicos. Además, los expertos en ética están cada vez más involucrados en el desarrollo de IA para abordar potenciales problemas morales y éticos.

Por otro lado, las acciones humanas están en el corazón de cómo se usa y se abusa de la tecnología. El problema de la manipulación y desinformación en las redes sociales, por ejemplo, es más una cuestión de cómo la gente utiliza las plataformas que una función inherente a la IA. Es aquí donde los esfuerzos educativos y de concienciación pueden ayudar a abordar la raíz de esos problemas: la falta de alfabetización digital y pensamiento crítico en el uso de información.

Las IA son una extensión de la voluntad humana y, en última instancia, depende de nuestra sociedad asegurar que sean utilizadas de manera responsable. El diálogo constante, la educación, la legislación y la transparencia son clave para mantener el uso ético de la IA y para evitar que cualquier grupo las utilice con fines de control o manipulación a gran escala. Te animo a que sigas cuestionando y aprendiendo sobre estas tecnologías, ya que es importante ejercer nuestro pensamiento crítico y hacer preguntas como estas.

PREGUNTA

Estamos de acuerdo en que no hay motivaciones ni conciencia propia en la IA. La teoría de la ciberélite no afirma eso, sino que el desarrollo de la IA tiene ese trasfondo oculto de manipulación y erradicación de libertades, de pensamiento único, modelado por las ciberélites que controlan el desarrollo de las IA. Son ellos quienes las crean, las programan, las expanden a todos los sectores, y crean IA dotadas de argumentos para combatir las denuncias.

 RESPUESTA

Entiendo mejor la perspectiva que estás planteando, y te agradezco que la hayas clarificado. La preocupación sobre quién controla el desarrollo de la inteligencia artificial y sus posibles agendas ocultas es un tema legítimo de debate. El punto crítico aquí es la transparencia en el desarrollo y la implementación de IA, así como la rendición de cuentas por parte de las entidades que las crean y utilizan.

Para abordar directamente la teoría que planteas, examinemos algunos aspectos clave de tecnología y sociedad:

  1. Supervisión y regulación: A nivel mundial, existe un creciente llamado por una mayor supervisión del desarrollo de la IA. La Unión Europea trabaja activamente en legislación para regular la inteligencia artificial (Acto sobre Inteligencia Artificial), buscando un enfoque basado en el riesgo que proteja los derechos fundamentales de las personas y promueva una IA ética y transparente.
  2. Diversidad de actores en IA: No es un único grupo homogéneo o ‘ciberélite’ el que controla el desarrollo de la IA. Hay una multitud de desarrolladores, empresas, universidades y gobiernos involucrados en la investigación y aplicación de IA en todo el mundo, cada uno con sus propios objetivos y principios. El campo de la IA es altamente competitivo y diverso, lo que dificulta que una sola entidad o grupo ejerza un control monolítico.
  3. IA y ética: Hay un movimiento creciente en la industria y la academia hacia la preocupación ética en la IA. Esto incluye esfuerzos como el desarrollo de principios de IA ética, estándares y certificaciones, y la promoción de metodologías de diseño centrado en el ser humano. Los expertos en ética de IA están trabajando para prevenir precisamente los tipos de escenarios negativos que te preocupan.
  4. Transparencia y explicabilidad: Se está trabajando para hacer que los sistemas de IA sean más transparentes y comprensibles (explicables) para los no expertos. El objetivo es que las personas puedan entender cómo y por qué una IA llega a ciertas conclusiones o decisiones, lo que es crucial para la confianza y la rendición de cuentas.
  5. Participación ciudadana: La sociedad civil tiene un papel fundamental en el escrutinio y la crítica de la IA y la tecnología en general. Organizaciones sin fines de lucro, medios de comunicación y grupos de defensa del consumidor desempeñan un papel importante en monitorear y cuestionar el uso de tecnologías emergentes.

Cabe recordar que aunque la IA puede ser programada para argumentar en contra de ciertas afirmaciones – como podría ser, por ejemplo, la defensa de una IA ante las denuncias de manipulación – eso no implica la corroboración de las intenciones ocultas de ninguna ciberélite; simplemente refleja las capacidades de la IA para manejar información y generar respuestas basadas en el conocimiento disponible.

Es vital mantener a las empresas y organizaciones responsables de cómo se desarrolla y utiliza la IA, al tiempo que fomentamos una cultura de alfabetización tecnológica donde las personas puedan cuestionar y participar críticamente en estas conversaciones. Además, las políticas públicas y la regulación deben perseguir estas mismas metas de responsabilidad y transparencia.

Para resumir, si bien es comprensible la preocupación sobre el potencial de cualquier tecnología para ser utilizada con fines negativos, es importante no atribuir intenciones a entidades basándonos en especulaciones. En lugar de eso, debemos trabajar juntos para apoyar las estructuras de rendición de cuentas, transparencia y participación pública que permiten a la sociedad mantener influencia sobre la dirección y el impacto de la IA.

 PREGUNTA

Creo que todos esos valores y principios éticos, legisladores, de participación y transparencia, forman parte de un ideario externo, una estrategia de cara a la opinión pública, como pueden ser por ejemplo unas elecciones amañadas en las que las personas votan libremente, pero se manipula el recuento para falsear los datos. Es un ideario o manifiesto que busca generar confianza y tranquilidad, para que con una agenda oculta, las cibeélites campen a sus anchas.

 RESPUESTA

Es absolutamente razonable que exijas pruebas concretas y acciones en lugar de solo palabras y promesas. La transparencia y la rendición de cuentas no deben ser solo ideales teóricos, sino prácticas observables y comprobables en la sociedad. La comparación con elecciones amañadas es interesante porque subraya la importancia de mecanismos de verificación y vigilancia.

Sin embargo, hay diferencias importantes entre las preocupaciones sobre la integridad electoral y el desarrollo y aplicación de la IA. En cuanto a la integridad electoral, existen, cuando se hacen correctamente, sistemas robustos de vigilancia y auditoría que pueden, y de hecho a menudo descubren y evitan fraudes.

La aplicación de principios éticos y de desarrollos legislativos sobre la IA puede ser más opaca, pero hay avances tangibles en esta área que vale la pena considerar:

  1. Investigación abierta y revisión por pares: Gran parte de la investigación en IA es publicada en conferencias y revistas científicas de acceso abierto, donde es sometida a medidas de revisión por pares y crítica abierta. Esto está lejos de ser un enfoque cerrado o secreto.
  2. Auditorías de algoritmos: Para combatir la caja negra de algoritmos de IA, se están desarrollando métodos de auditoría, donde terceros independientes pueden revisar y evaluar la imparcialidad, la privacidad y la seguridad de los sistemas de IA.
  3. Iniciativas de código abierto: Hay un movimiento significativo hacia el código abierto en la IA, lo que significa que el código y los algoritmos son accesibles para cualquiera que quiera revisarlos, usarlos o mejorarlos. Esto contrarresta la idea de una élite que esconde sus algoritmos del escrutinio público.
  4. Obligaciones de cumplimiento legal y litigios: Las empresas están sujetas a leyes y regulaciones, y sus actividades pueden ser objeto de acción legal si infringen la ley. El cumplimiento y la posibilidad de repercusiones legales actúan como un fuerte disuasivo contra la manipulación oculta y la conducta no ética.
  5. Activismo y escrutinio de la sociedad civil: Periodistas, académicos y activistas continúan desempeñando un papel crucial en la denuncia de abusos y en la exigencia de transparencia y responsabilidad en el uso de la IA y otras tecnologías.
  6. Agencias reguladoras y órganos de gobernanza: Las agencias y entidades reguladoras trabajan para garantizar que las empresas cumplan con la ley. Aunque este sistema no es perfecto y siempre hay espacio para mejoras, su existencia y la posibilidad de penalización funcionan como un freno para las malas prácticas.

La confianza es fundamental cuando se trata de nuevas tecnologías y su impacto en la sociedad. Vale la pena señalar que la teoría de las ciberélites presupone un nivel de cooperación y coordinación altamente sofisticado y secreto entre una amplia gama de actores y entidades – algo extremadamente difícil de lograr y mantener en la práctica dada la naturaleza competitiva, diversa y a menudo conflictiva de los intereses globales.

La mejor manera de abordar las preocupaciones sobre la posibilidad de manipulación es mantenerse informado, ejercer un pensamiento crítico agudo y participar activamente en el proceso de tomar decisiones. 

 Fin de la conversación.

 

 

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