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LOS MONOLITOS, ya están de vuelta, sin que sepamos quién los coloca.

Este último apareció en estos días en Las Vegas. El propio Departamento de Policía Metropolitana compartió su aparición el pasado lunes 17 de junio. La apariencia, pulida y reflectante, hace pensar en un fake o bien en que, antes de la foto, alguien «le pasó el pronto y el paño» (guiño incomprensible para los nacidos después del 2000)

Este fenómeno singular, que algunos tildan de artístico, otros de campaña publicitaria, mero entretenimiento para otros, e incluso como parte de un protocolo de balizas ante una inminente invasión alien, comenzó a conocerse en noviembre de 2020. En el plazo de un mes ya se habían registrado hasta una veintena de monolitos en lugares tan dispares como Utah en Estados Unidos (fue el primero es ser conocido, el 18 de noviembre de 2020), Rumanía, Colombia, Canadá, Alemanía, Países Bajos, Rusia y hasta España. En la cúspide, el estado de California, donde las apariciones de estas estructuras metálicas de entre 2 y 4 metros, fueron recurrentes.

Se llegaron a establecer hasta cuatro categorías en función del grado de perfección y extrañeza que rodeaba al objeto y a su aparición, contemplándose la existencia de imitadores que, a su manera, seguían la pauta de los monolitos «verdaderos» u «originales».

¿Estaremos ante un caso aislado o volverán? Pocos saben que en Canarias, una vez más, nos anticipamos en décadas a ese fenómeno, con un artístico monolito en el Parque García Sanabria de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, colocado como homenaje a la película 2001 Odisea del Espacio.

Tampoco hay que olvidar que desde La Palma, en pleno COVID-19, se la mandaron buena el Día de los Inocentes publicando una broma sobre el hallazgo de una de estas piezas, junto a rocas meteóricas, en en afamado Llano de las Brujas.

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