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En cualquier caso estamos ante un desconcertante fenómeno ligado de una forma muy especial al mundo cristiano, pero que ni mucho menos es exclusivo de esta confesión religiosa, un fenómeno que en los últimos dos mil años nos ha dejado la friolera de 22.000 supuestas apariciones de la Virgen, de las que nada menos que 21.000 se han dado desde el año 1200 hasta nuestros días. Y nada menos que medio millar ocurrieron durante el siglo XX.

El proceso de la Aparición Mariana, término este que centraliza los hechos en María, la Madre de Dios, es básicamente similar al de las apariciones de Jesús, los ángeles, algunos santos, e incluso los propios demonios. E incluso es casi idéntico a las apariciones de entidades en el contexto espiritista o al de los llamados fantasmas en el ámbito parapsicológico. Similar en todos ellos, aunque con sus propios matices y particularidades, sobre todo interpretativas. En las culturas tribales en las que el chamanismo era la única “religión”, el chamán protagonizaba también apariciones en las que seres del más allá –antepasados, espíritus de la naturaleza, etc.- se le manifiestan transmitiéndole mensajes de variada naturaleza –futuro, remedios, cosechas, etc.- y en ocasiones provocando fenómeno físicos apreciables por toda la comunidad. En casi todas las religiones las divinidades se aparecen, especialmente las femeninas, a los hombres y mujeres de toda condición para acompañarles, aconsejarles, reconfortarles, amonestarles o simplemente sorprenderles: Isis, Athenea, Diana, Demeter, la Dama Blanca de las tradiciones europeas, Kali, Parvati, Tara, Freya…son algunas de esas diosas que compartiendo en muchas ocasiones parte de su simbología, también hacen lo mismo con el fenómeno aparicionista.

Con la mayoría de esas apariciones femeninas, y especialmente con las apariciones marianas, se pueden hacer dos grandes grupos, constituidos por las llamadas apariciones psíquicas y las apariciones físicas. En el primer grupo estarían aquellos encuentros con María en los que la única persona que la puede ver, oír, oler o sentir es el llamado vidente, que puede ser uno o varios. Se trata del grupo de apariciones más abundante, y por supuesto del más discutido, al no existir evidencia física de un encuentro inmaterial, muchas veces interior y místico, en el que la mayor parte de los presentes no perciben absolutamente nada fuera de lo común.

El segundo grupo, el de las apariciones físicas también llamadas materiales, implica una materialización visible en nuestro plano tridimensional de una entidad que se presenta como la Virgen María. Son bastante menos frecuentes que las anteriores, y no siempre es posible ver una figura humanoide más o menos similar al canon inonográfico atribuido tradicionalmente a la Virgen, ya que muchas veces lo que sucede es que se aparece con alguna otra forma, como bolas de luz, discos luminosos, o se manifiesta por medio de fenómenos anormales como voces surgidas de la nada, osmogénesis o fragancias de origen paranormal, lagrimas de sangre o sudor milagroso en bustos o imágenes de la Virgen, percepciones táctiles, etc. Incluso ocasionalmente una aparición psíquica, en la que nadie percibió nada extraño salvo la vidente o videntes, se puede convertir en física por medio del posterior visionado de filmaciones y fotografías, incluso la audición de psicofonías, tomadas en el momento de la presunta aparición.

DE LAS BILOCACIONES A LAS EXCOMUIONES

Los teólogos y estudiosos del fenómeno mariano tienen en las apariciones un hueso muy duro de roer. Un enigma aún no solventado que genera a la Iglesia como institución, bastantes quebraderos de cabeza. Del grueso de las apariciones mencionadas para el siglo XX, apenas media docena ha recibido el certificado de autenticidad por parte de las autoridades eclesiásticas, lo que lejos de desanimar y aminorar el ritmo de los registros aparicionistas, parece haber ejercido el efecto contrario, ya que el hecho de no apoyarlas abiertamente no significa que se permita la creencia y devoción popular en las mismas.

Uno de los misterios teológicos más importantes de María, a parte de su Inmaculada Concepción, es su ascensión en vida a los cielos. María no muere, sino que sube a los parajes celestiales en cuerpo y alma tal y como reza el credo católico. Por tanto, una primera pregunta que cualquiera puede hacerse aunque parezca a priori un tanto ingenua es sí en las apariciones marianas se aparece el cuerpo o el espíritu de la Virgen, o ambas cosas al mismo tiempo. Eso en el que caso de que la entidad, ser o cosa que se aparece sea realmente María, cosa que personalmente dudamos.

En cualquier caso, y si damos crédito a la tradición, las primeras apariciones de la Virgen son más bien bilocaciones, ya que se producen durante la vida terrenal de María y precisamente en España. El afortunado es Santiago apóstol y todo parece suceder el 2 de enero del año 40 d.C. en Zaragoza, cuando desanimado por las escasas conversiones que había logrado, la Virgen se le aparece en cuerpo y alma, rodeada de ángeles y portentos celestiales. Además de darle ánimos le dijo que quería allí su templo, dejándose como señal de su aparición una réplica que se asegura exacta de la Virgen aparecida y una columna de piedra a semejanza del pilar de mármol en el que fue transportada por los ángeles. Así nació el culto a la Virgen del Pilar, la Patrona de España, y con él la primera petición mariana, que se repetirá con cada nueva aparición a lo largo de los siglos, de edificar un templo en el lugar de la aparición.

Santiago la vería dos veces más, dos nuevas bilocaciones, la primera de ellas unos años después en Muxia, La Coruña, donde la Virgen se aparece al apóstol en una barca de piedra mientras éste se encontraba pescando. Le entrega una imagen de la Virgen y le hace el encargo de que regrese a Jerusalén. La tradición cuenta que la imagen fue hallada años después construyéndose en el lugar el Santuario de la Virgen de la Barca, mientras que la embarcación es identificada con la llamada pedra d’Abalar, que como bien explica el especialista en folklore mágico Jesús Callejo, es el eje de numerosas prácticas mágicas populares. Finalmente la veneración de Nuestra Señora la Virgen Peregrina, de Pontevedra, alude a la tercera aparición de la Virgen, en esta ocasión según la tradición para asistir al funeral de Santiago.

Como ya señalamos, desde entonces se han censado la nada despreciable cifra de 22.000 apariciones, posiblemente más que las de Jesús y todo el santoral juntos, de las cuales la inmensa mayoría han tenido lugar en Europa, el indiscutible continente de la Virgen. Fue a partir del siglo V cuando la Virgen María comenzó a cobrar un mayor protagonismo en el seno del cristianismo –no olvidemos que la información que sobre ella podemos encontrar en los Evangelios es prácticamente testimonial- puesto que hasta el Concilio de Efeso del año 431 María era considerada la Madre de Jesús, y a partir del mismo se la reconoce también como Madre de Dios, creciendo su culto. A fin de cuentas muchas religiones y cultos con los que el cristianismo entró en competencia tenían divinidades femeninas muy populares, de ahí que se buscara sustituir un culto por otro, una diosa pagana por otra oficial; en suma, una madre por otra.

Los siglos XII y XIII y XIV fueron especialmente importantes para el culto a la Virgen, cruciales y únicos sin género de duda, jugando un papel importante en ello la Orden de los Templarios, grandes impulsores de la simbología y el culto mariano, a la que le dedican sus templos. Finalmente con la llegada del siglo de las luces, el XVIII, las apariciones caen en picado, así como otras manifestaciones hasta entonces sobrenaturales como los milagros, las revelaciones y las profecías, cuya divulgación llegó a ser incluso prohibida por el papa Benedicto XVI (1740-1758) bajo pena de excomunión, perdurando tal dictamen hasta hace apenas unas décadas, cuando fue anulada por Pablo VI en 1970.

CUEVAS, FUENTES, MILAGROS…Y FRAUDES

De haber existido realmente la Virgen María habrá sido en vida una mujer humanamente normal, a la que sí queremos y como creyentes, podemos llegar a ver dotada de infinidad de virtudes físicas y espirituales, de gracias y cualidades excepcionales. Desde este punto de vista, y con independencias de todos los portentos que fuese capaz de hacer, su aspecto en todas las apariciones debería ser más o menos similar, circunstancia que se da en el patrón de la aparición mariana, pero no en el aspecto. Veamos, la Virgen sigue “prefiriendo” el mes de mayo para sus apariciones, así como los sábados y los días 6 de cada mes. Gusta de hacer sus apariciones en entorno naturales, mayoritariamente en un contexto rural, cerca de árboles –pinos, encinas, robles,…- en cuevas, grutas o peñascos, y en los alrededores del algún riachuelo o fuente cuyas aguas terminan convirtiéndose en milagrosas. Ese lazo con la naturaleza lo hereda sin duda de los que ya tenían muchas de las diosas antiguas cuyo lugar fue ocupado por la Virgen María.

Es una constante, como antes indicamos, la petición de edificar un templo de mayor o menor envergadura en el lugar de las apariciones, y también el contenido de sus mensajes, en su mayor parte amonestador por el abandono de las virtudes de los creyentes, y alertador de castigos divinos si no se remienda la situación con oraciones y penitencias varias. Si me permiten la licencia, la Virgen suele ser pájaro de mal agüero. Niños o adolescentes suelen ser los protagonistas, sí exceptuamos por supuesto a religiosos y gobernantes de toda condición, y no debe ser despreciado el hecho de que la aparición mariana se produce en muchos casos en el contexto de alguna convulsión social, ya sea una guerra declarada, una revolución, o una crisis política, social y religiosa. Es como si de alguna manera la Virgen tomara cartas en el asunto. Puede aparecer sola o con el niño en los brazos, acompañada y/o precedida de ángeles, santos y del propio Jesús. La mayoría de las veces tan solo es vista por una persona o un pequeño grupo, dándose algunos casos repetitivos en los que ofrece alguna señal que autentifica su aparición mediante portentos físicos o profecías, llegando a entregar objetos y “secretos”.

Por supuesto, en la mayoría de los casos las apariciones se terminan convirtiendo en “fenómenos programados”, de tal manera que se fijan días y fechas de nuevos encuentros, transmitiéndose pautas de comportamiento como la ropa adecuada que se debe llevar, las oraciones que se deben decir, las limosnas que han de entregarse, etc. Son muchos los ejemplos en lo que la aparición se convierte en un negocio puro y duro, en una clara manipulación de la buena voluntad de las personas que siguen las apariciones y cuya creencia se alimentan con trucos y falsos milagros. Las apariciones, como todo en esta vida, tienen también su cara y su cruz.

Estos y otros puntos suelen ser comunes a todas las apariciones, aunque hay un aspecto intrigante en esos 22.000 encuentros censados: la mayoría ha dado origen a su propia advocación. Aunque la Virgen es una y única, paradójicamente existen miles de versiones diferentes, tantas como videntes. Virgen del Carmen, de Candelaria, de Los Dolores, de los Afligidos, de la Peña, de las Nieves, del Pilar, de Guadalupe, de la Luz, de Fátima, del  Roble, del Trono, de Cristal, de la Paloma, de la Leche, Virgen del Arco, de la Estrella, de la Caridad del Cobre, Nuestra Señora de la Rosa, Nuestra Señora de los Ángeles, del Alba, de la Barca, del Rosario, y un largo etcétera compuesto en su mayor parte por advocaciones que llevan el nombre del lugar, pueblo o región donde aparecen. Este hecho da lugar a singulares situaciones como las que directamente pudimos investigar en la aparición mariana del Monte de la Corona, en Los Realejos, Tenerife, cuando la noche del sábado 6 de junio de 1992 (sábado, día 6 y mes 6) múltiples personas aseguraron ver a la Virgen en la forma de los Dolores, del Rosario, del Carmen y como no, de Nuestra Señora de Candelaria.

HISTORIA DE ALGUNAS APARICIONES.

Veamos no obstante y de manera muy esquemática algunas apariciones:

-En el siglo III, año 270, San Gregorio Taumaturgo recibe las visitas de la Virgen María y de un ya anciano San Juan Evangelista, que le instruyen espiritualmente, considerándose las primeras apariciones marianas en la historia de la Iglesia, si exceptuamos las “bilocaciones” de Santiago apóstol.

-Año 722, durante la célebre Batalla de Covadonga, la Virgen se hizo visible ante don Pelayo en el interior de una gruta, entregándole una cruz con la que logró vencer a sus perseguidores musulmanes, iniciándose la “devoción” casi talismánica por la Virgen de las Batallas.

-Entre el 1170 y el 1221 la Virgen se le apareció en diversas ocasiones a Santo Domingo de Guzmán, en un contexto de misticismo catalogado como enfermizo por algunos, en el transcurso de los cuales le entrega un rosario y la regla de la Orden Dominica.

-En 1218 es San Pedro Nolasco quién experimenta la aparición de la Virgen, que le encarga funde la Orden de Redención de Cautivos, los mercedarios.

-En 1519 San Juan de la Cruz tiene su primera experiencia mariana, al caer a una ciénaga mientras jugaba siendo un niño de la que es salvado presuntamente por mediación de María, situación que se repitió años después al caer un puso, y ya de adulto al cruzar un río. La protección de la Virgen hacia este santo fue tal que en una ocasión lo salvó de morir aplastado por la caída de un muro en sus aposentos de un convento cordobés.

-El 9 de diciembre de 1531 la Virgen se apareció en México al indio que tuviera por nombre Cuauhlóhuar, bautizado como Juan Diego, pidiéndole que visitará al obispo franciscano Juan de Zumárraga y que este construyera una capilla en el lugar donde hizo sus refulgente aparición acompañada de música celestial, el Monte Tepeyac. Posteriormente hizo nuevas apariciones insistiéndole a Juan Diego que pidiera por ella su templo, así como el famoso “milagro de Guadalupe”, la aparición espontánea y ante los ojos del obispo del retrato de la Virgen en tilma en la que el indio transportada las flores recogidas en el lugar de las apariciones como señal divina de las mismas. Milagro de que ya nos hemos ocupado en un capítulo anterior.

-El 15 de diciembre de 1631 la Virgen se apareció a un grupo de jesuitas en la ciudad de Nápoles, presagiándoles la inminente erupción del Vesubio.

-El 27 de noviembre de 1830 es la joven monja sor Catalina Labouré quién vuelve a experimentar la aparición de la Virgen en el monasterio de las Hijas de la Caridad de la rue du Bac, en París. Le indica que haga una medalla con su imagen y una leyenda, que se convertirá en un símbolo dotado de cualidades milagrosas.

-El 19 de septiembre de 1846 los jóvenes pastores Melania Calvat y Maximino Giraud tiene su propio encuentro con la Virgen en La Salette, Francia, una señora de blanco radiante salida de un entorno de luz, que con permanentes lágrimas en los ojos portaba una corona de rosas luminosas. Curiosamente la Virgen le transmite un secreto a cada uno de ellos, del que únicamente se conoce el contenido del revelado a Melania, concerniente a los momentos previos a la Revolución Francesa, a los cambios religiosos que perjudicarán a los católicos, y hasta del nacimiento del Anticristo.

-El 11 de febrero de 1858 la Virgen se aparece en el interior de una gruta de Lourdes a la joven de catorce años Bernadette Soubirous. Es una Virgen “fisícamente” muy parecida a la testigo, joven, rubia, ojos azules…, apareciéndose otras 17 veces más y terminando por identificarse como la Inmaculada Concepción. Fue sin duda el toque de gracia para avalar el dogma de fe proclamado por el papa Pío IX apenas cuatro años antes. También a Bernadette le son revelados tres secretos, y una oración especial, que nunca trascendió. No ocurrió así con la fuente milagrosa, que tanto casos de curación parece haber propiciado desde aquellos meses de 1858.

-El 17 de enero de 1871, en plena guerra entre Francia y Prusia, la Virgen se aparece en el pueblo de Pontmain, al noreste de Francia a siete niños. Se trata de “una señora hermosa y grande, vestida con una túnica azul brillante, como las bolas de añil que se usan para la ropa”. Diadema, vestidos cubierto de estrellas, rostro resplandeciente, y tres horas visible en el cielo sólo para los niños. Ningún adulto logra verla.

-Desde febrero a diciembre de 1876 la Virgen se le aparece en 16 ocasiones a la monja agustina Estrella Faguette, portando un escapulario que en la última de sus apariciones le pide que dibujado se lo muestre al obispo y que lo porten los creyentes: se trata del Sagrado Corazón.

-A lo largo de 1877 la Virgen se aparece nada menos 160 ocasiones a dos mujeres de la población polaca de Gietrzwalde, todo un récord mariano.

-El 15 de marzo de 1917 y tras dos sueños en los que una voz le habla, la campesina Evdokia Andriánova, descubre en la iglesia del pueblo de Kolómenskoe, en Moscú, un icono milagroso de la Virgen sentada en el trono de los monarcas y con los símbolos de los zares. La revolución parece contar con el apoyo del cielo.

-El 13 de mayo de 1917 comienzan las apariciones de Fátima, en Portugal, que terminan con el milagro del Sol, dando origen a uno de los episodios marianos más desconcertantes de la historia.

-El 15 de enero de 1933 la Virgen se aparece en la localidad de Banneaux, Bélgica, a la pequeña de doce años Mariette Beco.

-El 18 de junio de 1962 comienzan las apariciones de un ángel y la Virgen en San Sebastián de Garabandal, España. Las protagonistas son cuatro niñas, Conchita González, Mari Cruz González, Mari Loli Monzón y Jacinta González, y el fenómeno se mantiene durante años, generando una polémica sobre su autenticidad que a fecha de hoy se mantiene.

-Entre 1966 y 1970 son numerosas las personas que aseguran ver la Virgen y recibir sus mensajes en Lieja, Bélgica.

-El 2 de abril de 1968 comienzan las enigmáticas materializaciones de Zeitoun, en El Cairo, Egipto, donde una figura humanoide blanquecina, y algunas palomas de similar materia son filmadas y fotografiadas en diversas ocasiones.

-En 1980 comienzan las apariciones de Prado Nuevo, en El Escorial, Madrid, fenómeno que se mantiene hoy en día protagonizado por Amparo Cuevas, envuelto en una gran controversia.

-El 24 de junio de 1981 arrancan las apariciones de Medjugorje, en la antigua Yugoslavia, concretamente en lo que hoy es Bosnia-Herzegovina. La Virgen aparece en periodo de crisis, y elige como lugar un rincón donde existe una fosa común con 2.500 víctimas asesinadas en los años cuarenta. Los testigos son seis jóvenes, cuatro chicas y dos chicos, y la Virgen comienza una serie de apariciones, que dos años después vivirían otras dos niñas, transmitiendo numerosos mensajes de la Virgen. Resulta interesante el estudio científico de los éxtasis que han tenido lugar durante muchas de éstas apariciones.

-El 26 de abril de 1987 se produce la aparición de la Virgen en Grouchevo, una localidad situada a 500 km de la central nuclear de Chernobyl, en Ucrania. Se cumple el primer aniversario de la tragedia y la primera vidente es una niña de doce años de nombre María, a la que luego se unirían otras personas en poblados cercanos por espacio de varios meses y acompañada de fenómenos extraños.

EL SOL DANZA EN FÁTIMA

Aunque sea brevemente, mención aparte merecen las apariciones de la Virgen de Fátima, no sólo por la controversia y ocultismo que ha rodeado a su Tercer Secreto, explicado en el capítulo ocho de esta obra, sino por los portentos que al parecer tuvieron lugar en la última aparición. No podemos extendernos demasiado, así que resumiremos la historia ya de por sí bastante conocida.

Todo comienza oficialmente el 13 de mayo de 1917, cuando tres niños, Lucia dos Santos, de nueve años, y sus dos primos Jacinta y Francisco Marto, de siete y nueve años respectivamente, ven un extraño relámpago mientras estaban con su ganado en un paraje de Cova da Iria, cerca de Fátima, en Portugal. Pensando que se trata de una tormenta deciden regresar a sus casas, cuando observan sobre una encina la aparición de una señora vestida de blanco, rodeada de luz y emanando destellos, “más brillante que el Sol” según sus propias palabras. Esa extraña señora les indica –aunque sólo Lucia la puede oír- que regresen al lugar durante “seis meses seguidos, el día 13, a esta misma hora”. Después, y tras abrir sus manos y dejar ver como emanaba luz de las mismas, e indicarles que rezaran el rosario por la paz del mundo, la Virgen se elevó rodeada en luz desapareciendo en el cielo.

Y así lo hicieron. El 13 de junio regresaron y la Virgen le habló nuevamente a Lucia revelándole que sus primos morirían pronto, como así sucedió de una grave afección pulmonar, anunciando que deseaba instaurar la devoción al Inmaculado Corazón. Para el tercer encuentro los tres pequeños pastores ya tenían a una legión de cuatro mil personas con ellos rezando el rosario. Les anuncia de nuevo que en su aparición de octubre hará un prodigio visible por todos, y le confía a Lucia los famosos tres secretos. La cuarta aparición tiene lugar el 19 de agosto, ya que el día 13 fueron detenidos y encarcelados por el administrador de Vila Nova de Ourem, Artur de Oliveira Santos como medida de presión para que le confiara el secreto. Las presiones generadas en torno a los pequeños y sus familias se hacían insoportables, y tanto la Iglesia como las autoridades se mostraban divididas.

Fenómenos ufológicos.

En la quinta, la del 13 de septiembre, acompañan a los pequeños veinte mil personas dándose fenómenos tan curiosos como la lluvia de pequeños corpúsculos blancos, similares a copos de nieve, que se deshacen antes de llegar al suelo, un hecho registrado ocasionalmente en la casuística ufológica del último siglo.

Finalmente, en la sexta y última aparición “oficial”, la del 13 de octubre, se calcula que se habían congregado al reclamo del anunciado prodigio nada menos que sesenta mil personas, una cifra digna de los espectáculos de masas de nuestros días.

Fue un día lluvioso, y el entorno se había convertido en un lodazal por el que transitaba la muchedumbre; rodillas sobre el terreno en actitud de oración, enfermos por doquier, curiosos merodeando, algunos periodistas… La Virgen se apareció a los pastores a mediodía y una vez más sólo ellos pudieron verla, aunque personas aseguran percibirla, revelando finalmente su identidad a Lucía: la “Señora del Rosario”. También le pidió que se le construyera una capilla en el lugar, asegurando que curaría a algunas de las personas allí presentes que tuviera fe. Finalmente y tras anuncia que “La guerra está acabándose y los soldados volverán pronto a sus casas”, comenzó a elevarse para finalmente desaparecer, dando paso al prodigio conocido como el milagro del sol de Fátima.

Unas de las descripciones más detalladas del fenómeno la ofreció el profesor de Ciencias de la Universidad de Coimbra, José María Proença de Almeida Garrett, quién tras abrirse un claro en el cielo surgió un extraño Sol “semejante a un disco de contornos nítidos, plano y brillante. No se podía confundir con el sol visto a través de la niebla, del que no había rastro, ya que no se mostraba ni confuso ni velado, sino de bordes nítidos. Las nubes que pasaban de este a oeste no escondían la luz del astro, de manera que se tenía la impresión de que pasaban por detrás del mismo, y no por delante. Resulta sorprendente que durante tanto tiempo fuese posible observarlo sin la menor molestia para los ojos. (…)

Al poco tiempo empezó a emitir, en rápida sucesión, chorros de luz azul, roja, violeta, amarilla y verde. El sol pareció enloquecer. Como lanzado por una mano invisible y omnipotente, rebotó varias veces en el cielo para luego caer con una serie de saltos hacia la tierra, mientras la temperatura subía rápidamente”.

El asombroso y desconcertante relato fue suficientemente contrastado con otros muchos, incluidos los de observadores escépticos que se vieron sobrecogidos con los hechos, que coincidieron en describir el fenómeno en términos similares. Lógicamente no se trato del Sol ni de ningún fenómeno astronómico conocido, pero fuera lo que fuera aquel extraño disco, quiso sin duda hacer pensar a los presentes que se trataba del mismísimo astro rey.

Durante diez minutos el disco luminoso estuvo realizando movimientos diversos y cambios de tonalidades hasta finalmente desaparecer en el cielo nublado, siendo observado desde localidades distantes varios kilómetros de Cova de Iria. Incluso se pudo constatar que las personas que se encontraban en un radio de medio centenar de metros de la encina, sintieron el calor de una forma más intensa llegando a secarse sus ropas y el terreno en el que estaban. Un fenómeno físico que añade extrañeza al ya de por sí enigmático milagro del Sol. Los mayores expertos en las apariciones de Fátima y las implicaciones ufológicas de las mismas son sin duda Joaquín Fernandes y Fina d’Armada, autores del imprescindible “Intervención extraterrestre en Fátima”, una obra fruto de varios años de investigación en los que accedieron a los documentos originales, descubriendo cosas realmente desconcertantes. Además de curaciones y testimonios diversos que hablan de fenómenos extraños de índole ufológica, como la ya citada caída de los llamados “cabellos de la virgen”, llama poderosamente la atención la descripción original hecha por los pastorcillos de la “Virgen”, que posteriormente se identificaría como la “Señora del Rosario”, un ser que al hablar no movía la boca y cuyos movimientos casi parecían robotizados:

Era una persona de apariencia femenina muy hermosa, envuelta en una luz deslumbrante. Con una altura de alrededor de un metro y diez centímetros, aparentaba una edad entre los diez y los quince años. Vestía una falda estrecha, un corpiño y un manto. Su ropa era blanca y presentaba un dibujo de hilos dorados que, al entrecruzarse, creaban una especie de enrejado. El corpiño tenía dos tiras en las muñecas, y en la cabeza la figura llevaba algo que le ocultaba el pelo y las orejas. Los ojos eran negros. Tenía unos circulitos a los lados del cuello y una esfera luminosa en la mano. Llegó desde arriba y desapareció poco a poco en sentido contrario”.

Es obvio que posteriormente este retrato robot se modificó adaptándolo a una iconografía algo más mariana, como ocurriría también con el “Ángel” que tanto antes como durante las apariciones marianas también se manifestó ante los pequeños videntes. Es necesario señalar que aunque sin tanta contundencia como en el caso de Fátima, la observación de relámpagos y bolas luminosas, así como las lluvias de cabello de la virgen también han sido registrados en otras apariciones marianas, siendo elementos que conectan ambos enigmas y que hacen aún más compleja la compresión del fenómeno de las apariciones marianas.

¿Es realmente la Virgen la que se aparece, o se trata de otro tipo de entidades que se identifican en función de las creencias y cultura de aquellos a los que se manifiestan?. ¿Porqué esos paralelismos con el fenómeno OVNI?. ¿Acaso la fenomenología paranormal que rodea a las apariciones marianas –materializaciones, trances, profecías, curaciones…- nos sugiere que la respuesta a estos hechos tenemos que buscarla en el ámbito de las supuestas capacidades paranormales del ser humano?.

El lector comprenderá que con las apariciones marianas ocurre lo mismo que con otras manifestaciones del misterio en nuestros días: pensar en el fraude como única explicación nos evita, a pesar de las evidencias a favor de la realidad física del fenómeno, tener que buscarle respuesta a tan trascendentales cuestiones. Ustedes eligen.

José Gregorio González

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