Desde 2004 el asteroide Apofis o Apophis ha sido una amenaza potencial, al considerar que sus casi 350 metros podían chocar de manera devastadora contra nuestro planeta. La Agencia Espacial Europea, la NASA y otras instituciones, han dedicado tiempo a observar, calcular y recalcular su órbita, mientras que otros se dedicaban a generar simulaciones de las consecuencia del peor escenario posible. El choque, se estimaba, equivaldría unas 40.000 bombas atómicas, demasiada bomba diría yo para un planeta que con una décima parte tendría para finiquitarse.
Su hallazgo, (su matrícula es 99942, modelo Aten, aunque el nombre comercial Apofis apela a la raíz mitológica del caos) como es habitual, desempolvó miedos apocalípticos y alguna que otra reinterpretación de los clásicos proféticos, como la Biblia, Nostradamus y alguna apócrifa de Parravicini. Algunos informativos se refirieron a la piedra como “el infame asteroide”…, cosa que no deja de arrancarnos una sonrisa cada vez que lo rememoramos.
Pero hoy sabemos que, al menos con Apophis, no hay nada que temer. Lo han estado observando con mayor detalle en las últimas semanas, lo que ha permitido reconsiderar su nivel de riesgo, hasta el punto de tacharlo de la lista. Pasará cerca el 13 de abril de 2029, algo más próximo incluso que muchos satélites, pero sin choque. En esta página de la NASA se puede contemplar una simulación.