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Lamento el titular y pido disculpas a quien pueda sentirse ofendido, especialmente a los familiares y amigos de la paciente afectada de cáncer de mama de cuya muerte se informó semanas atrás en redes sociales y medios de comunicación en general. A fin de hacer reconocible y contextualizar de un vistazo esta información, utilizo la expresión “pecho putrefacto“, que al parecer fue la utilizada en su “tuit denuncia” del día 19 de julio por el oncólogo catalán Joaquim Bosch-Barrera, y repetida hasta la saciedad por todos los medios de comunicación y perfiles sociales que se ocuparon de airear el asunto. En una sociedad tan insensibilizada ante las imágenes del dolor y la tragedia ajenas, una sociedad que consume rutinariamente y sin efectos perdurables este tipo de impactos informativos, me resisto a no pedir disculpas al pensar en los allegados de la paciente, y en general en quienes directamente o en la proximidad sufren esta y otras graves enfermedades.

Dicho esto, aclaro lo siguiente antes de continuar:

-En el caso de verme afectado por una enfermedad similar o que afecte a alguien cercano sobre el que mi opinión pueda tener influencia, optaría y recomendaría seguir los tratamientos y protocolos médicos establecidos. También me informaría y pediría transparencia máxima sobre efectos curativos y daños provocados por dichos tratamientos, y buscaría información sobre alternativas terapéuticas que fueran compatibles con dicho tratamiento para ayudar a vencer la enfermedad, paliar sus efectos, contrarrestar los efectos secundarios del tratamiento principal si es que los tiene,  y en general mejorar mi calidad de vida y evolución como paciente.

-En segundo lugar, sí alguien muere, sufre daños irreversibles e incapacitantes, o se siente y se prueba que ha sido víctima de un proceso terapéutico engañoso, fraudulento, negligente, abusivo, etc…. sea del tipo que sea, médico alopático oficial y reglado, o perteneciente al ámbito de las llamadas terapias alternativas, pienso fuera de toda duda que DEBE ESTAR ASISTIDO POR LA LEY y el o los responsables, si se demuestra su culpabilidad, PAGAR LAS CONSECUENCIAS DENTRO DE LA LEY de la fechoría cometida.

Realizadas ambas puntualizaciones, ahora me gustaría reflexionar y hacer preguntas en voz alta. Algunas tendrán varias respuestas, otras generarán incomodidad y controversia, dudas incluso…remito una y otra vez a mis dos advertencias-aclaraciones anteriores a quienes crean que voy a defender a delincuentes.

En primer lugar me inquieta, y mucho, la viralidad que alcanzó la información sobre la muerte de dicha mujer de 40 años afectada de cáncer de mama. Al parecer había abandonado su tratamiento médico poniéndose en manos de un terapeuta alternativo. Se nos cuenta, según la única fuente que es el propio Dr. Bosch-Barrera, que en diciembre pasado había sido atendida en las Urgencias de un hospital de Girona por fiebre, momento en el que el citado médico descubre el drama. Un pecho putrefacto consecuencia de la ausencia de tratamiento ante un agresivo cáncer de mama en avanzado estado de evolución. La propia paciente es quien indica que se había negado a ser tratada por los medios convencionales de cirugía, quimioterapia y radioterapia. Según Bosch, acude a urgencias con una bolsa llena de pastillas “posiblemente de homeopatía”. Desde ese momento empieza a ser tratada pero finalmente fallece semanas antes del famoso tuit, suponemos que a finales de junio o primeros de julio. En la viralidad de dicho tuit fue clave que el Dr. Bosch compartiera fotos del pecho que definió como putrefacto, foto que parece que retiró poco después alegando crudeza, aunque para entonces la imagen ya estaba viralizada. Tal es así que hasta el periódico El Mundo tituló su información “La impactante denuncia de un médico contra las pseudoterapias” Según Bosch, la paciente le cuenta que aquel despropósito en el que se encontraba el pecho era definido como algo positivo por el terapeuta que la estaba tratando, -y que se etiqueta como “curandero”- un pecho visiblemente insano cuyo aspecto era una manifestación de que la enfermedad estaba siendo combatida y expulsada por el cuerpo, según el anónimo terapeuta.

Bien. A la vista de todo lo dicho, me pregunto.

-Considerando el extraordinario poder de persuasión que debió tener el terapeuta sobre la paciente para que ella resistiera y sufriera lo indescriptible, todo ello sin abandonar su confianza en el mismo, ¿nadie de su entorno, familia, amigos…la ayudó a salir de ese supuesto espejismo? No es una pregunta para culpabilizar a otros, (quizá lo ocultó, y eso lo explica) sino para entender cómo algo tan grave encuentra formas de prosperar de esa manera en un mundo donde la conectividad y el acceso a recursos e información diversa capaz de hacer saltar las alarmas y minar la credulidad es instantánea.

-Me pregunto qué lógica rige en el comportamiento de una mujer que sufre un cáncer de mama agresivo y rechaza tratamientos, y después acude a un servicio de urgencia por fiebre alta, que es el motivo que según Bosch la conduce al Hospital Universitario Doctor Josep Trueta de Girona y que hace posible descubrir la dolencia que la está matando.

-Los medios informativos presentaron el “tuit” casi como un impulso del Dr. Bosch ante la tragedia que había podido vivir en primera persona. Una especie de grito o denuncia de impotencia, indignación y compromiso social, un “no me lo puedo aguantar, cosas así no deben volver a pasar“. Nos parece lógico, algo humano, legítimo, que de hecho debería ser la norma en los profesionales de la salud y en cuantos contemplen injusticias en general y tengan la oportunidad de denunciarlas. Es posible que esperar 7 meses para realizar esa denuncia por twitter se debiera, entre mil razones mas ajenas al caso y propias del día a día, a la esperanza o anhelo contra todo pronóstico de salvar la vida de la paciente, a contar con la autorización de sus allegados para divulgar la imagen y detalles del caso, etc… Sin embargo, y a falta de más información que permita puntualizar el asunto, esperar 7 meses en denunciar es equiparable a darle 7 meses adicionales de libertad al terapeuta para actuar con su malsana actividad con otros pacientes.

-Precisamente en relación con esos siete meses deducidos en la información de prensa, la única información disponible aunque coincidente en casi todos los medios y no desmentida oficialmente por el Dr. Bosch, se dice que se denunciará y pondrá en manos de la Fiscalia. ¿7 meses y no se ha hecho esa denuncia? Reconozco y asumo mi ignorancia en Derecho, con en tantas cosas; tal vez existan plazos que cumplir legalmente para dar forma a los procedimientos, se requieran autorizaciones por parte de la paciente o familiares, fuese necesario esperar a la evolución de la paciente, solventar lagunas legales, etc… Lo ignoro, y desde esa ignorancia, necesito respuestas para entender que se anuncie que se pondrá el caso en manos de la Justicia ahora y no antes.

-Los titulares fueron casi unánimes, explícita o implícitamente la causa-origen-coadyuvante de lo ocurrido estaba en las pseudoterapias, término con cierta sonoridad y exotismo que ha terminado por triunfar en los medios equiparándose, en un uso rápido e inapropiado desde nuestro punto de vista, con denominaciones como terapias alternativas o medicinas complementarias, entre otras. ¿Con qué era tratada exactamente la paciente tristemente fallecida? Alguien con tanta experiencia como el Dr. Bosch ¿no identificó con claridad si eran pastillas homeopáticas lo que portaba la paciente cuando la atendió en Urgencias? Son fácilmente reconocibles y por lo general se trata de sustancias adecuadamente envasadas y etiquetadas que permiten saber qué son y que no son. “Posiblemente de homeopatía” es la imprecisa descripción de Bosch. AQUÍ NO DEFIENDO LA HOMEOPATÍA NI NINGUNA OTRA TERAPIA EN PARTICULAR, QUE SE DEFIENDAN ELLAS SOLAS SI PUEDEN, QUIEREN Y CUENTAN CON ARGUMENTOS PARA HACERLO. Simplemente quiero entender, en un caso tan mediático y con un seguimiento médico de casi siete meses, la falta de precisión y el uso de etiquetas generalizadoras. ¿Pseudoterapias? ¿En serio ha sido tan sencillo lanzar esto al aire, hacerlo viral, y que nadie se haga preguntas ante la ambigüedad, dando por válido algo tan impreciso? ¿Nos bastará el lógico y consiguiente “pseudoterapias son todas” como nota aclaratoria? 

-Finalmente, imaginemos que la negligencia o maldad de un médico es responsable de la muerte de un paciente. ¿Sería correcto y aceptaríamos el titular “la medicina empeora o acaba con la vida de una paciente”?

Me hago preguntas. ¿Nos hacen más y mejores leyes o que se cumplan las que ya existen? ¿Apuntan tantas preguntas sin respuestas, al menos en apariencia, respuestas convincentes, a una trama tal vez más enrevesada. Si hay un culpable demostrado tras el fallecimiento denunciado, debería pagar por ello.

 

 

 

 

 

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