Desde que en 2008 arrancó la historia reciente pública de los Denisovanos, esa otra humanidad que llegó a convivir con Neandertales y Homo sapiens de acuerdo con los hallazgos realizados en una cueva siberiana, en la región de Altai, el asunto no ha hecho más que fascinarnos. Decimos reciente, pues aquel ya fue un lugar ocupado durante cientos de miles de años y redescubierto en 1970 por arqueólogos soviéticos. Y decimos que nos fascinó ya que no en vano, al igual que ocurriera con el Hombre de Flores unos años antes, el hallazgo de una estirpe evolutiva tan próxima, de otros humanos, da sin pretenderlo combustible a los que pensamos que en remotas regiones del planeta pudieron subsistir hasta tiempos recientes, quizá incluso unos pocos siglos, poblaciones que dieron origen a las leyendas y testimonios sobre “hombres salvajes”.
De aquella “Mujer X” de 2008 y hallazgos subsiguientes, hemos pasado este verano de 2020 a lo que la prensa rusa define como “la más rica cosecha de descubrimientos antropológicos” De acuerdo con el Siberian Times, “el equipo del Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk trabajó en las capas más bajas, las más antiguas, de suelo que contiene cultivos en la galería sur de la cueva, que data de hace 300.000 años” Y allí se encontraron con dos dientes, un molar y uno de leche, el primero ubicado en parte superior de la capa y con una antigüedad estimada de entre 170.000 y 190.000 años, y en la parte inferior de dicha capa la pieza dental de leche, con aproximadamente 250.000 años.
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