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Sumar temporadas para un programa de radio o televisión no es fácil, la menos a nosotros no nos lo parece. Al menos, no nos lo parece cuando quieres que cada temporada tenga una utilidad y un sentido para el público, cuando espera que el trabajo desarrollado en un medio de comunicación tenga su significado más allá de las vanidades de quienes lo generan. Nosotros en Crónicas de San Borondón hace mucho tiempo que tenemos claro que el programa está por encima de las individualidades de un equipo que se esfuerza en hacer piña, y entendemos que ante nosotros tenemos una oportunidad de compartir temas que nos apasionan. Sin verdades consumadas, sin voces impostadas, sin un argumentario vehemente y desprovisto de valores. Llegamos a la décima temporada con la voluntad y el compromiso de seguir equivocándonos, de seguir buscando respuestas, de seguir dudando. Pocas novedades prometemos; tenemos nuestras personalidades forjadas hace tiempo y hemos crecido con unos principios que son irrenunciables, así que CSB en esta décima temporada puede llegar a decepcionar pues será más de lo mismo: entusiasmo y pasión, curiosidad y hambre de conocimiento, respeto y pluralidad, asombro, sentido común y plasticidad para enfrentarnos al misterio y a sus potenciales respuestas. Seguiremos trabajando para que CSB, fiel a su espíritu, sea algo más que dos horas de radio semanales, con presencia pública en eventos como promotor o colaborador, y un mayor desarrollo de otros recursos del mundo moderno como las redes sociales. Gracias por alimentar esta aventura radiofónica y vital, por escribir con nosotros una pequeña y ya imborrable página de la historia de la radio en Canarias. Y es que por primera vez un programa de radio de nuestras temáticas llega simultáneamente a todo el archipiélago canario de forma sostenida y mantenida en el tiempo. Así se escribe la HISTORIA

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