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Fue real o no el descubrimiento de una ciudad maya por un niño

Seguramente recordarán la noticia que dio la vuelta al mundo de William Gadoury,  un niño descubridor de una ciudad maya perdida y luego desacreditado.

Creo que es momento para ir sacando esta información de mis archivos. Quizás en no mucho tiempo, puede que semanas o meses, tengamos nuevas noticias de este quinceañero precoz o del Dr. LaRocque, el experto en teledetección que detecto la anomalía que considera una posible construcción.

El joven William desarrolló una teoría que decía que los mayas construían sus grandes ciudades en correlaciones con las estrellas. Con el estudio de las publicaciones transcritas del Códice Tro-Cortesiano, o Códice de Madrid, se dio cuenta de que la posición de los asentamientos de los mayas correspondía con la posición de los principales astros para esa cultura. Así que, según sus cálculos, debía existir en cierto lugar alguna población importante perdida en un determinado punto.

Gracias a la ayuda de un contacto familiar, William consiguió la atención de la agencia espacial canadiense con su satélite RADARSAT-2 y de Dr. Armand LaRocque, especialista en teleobservación de la Universidad de New Brunswick, quienes confirmaron, con la observación satélite, que había algo en la zona que quizás podía confirmar la existencia de esa posible ciudad maya perdida, que el joven denominó ‘K’Aak’Chi’, ‘Boca de Fuego’, saltando así la famosa noticia.

Al principio todo fueron elogios a la perspicacia y empeño del chico por seguir investigando su teoría, pero prácticamente al día siguiente saltó la polémica entre los expertos y académicos, algunos de primera línea. Aunque elogiaban la iniciativa del muchacho, atacaron sin piedad su teoría y algunas cuestiones. Principalmente la mayoría de los ataques fueron hacia las imágenes de satélite que supuestamente localizaban la misteriosa ‘K’Aak’Chi’, con lo cual la mayoría de los medios recapitularon y pasó de ser el descubrimiento arqueológico de la década a convertirse en un viral con poco fundamento arqueológico y el muchacho, de genio y eminencia, pasó a ser un niño con gran potencial e iniciativa con un buen intento y una palmadita en el hombro.

Como conocedor de la cultura maya, aunque no experto, en muchos aspectos estaba de acuerdo con los especialistas, pero había detalles que no me cuadraban, como que se situaba en un lugar relativamente accesible, que se confundieran cierto tipo de formaciones que para un profesional son muy claras. Si los argumentos eran así de contundentes ¿Por qué un profesional de la teledetección iba a exponer su prestigio si no hubiera visto algo realmente con posibilidades interesantes?

Además, muy cándido hay que ser para ubicar un hallazgo de estas características ante cuáqueros, cazatesoros, traficantes de antigüedades o aventureros en busca de gloria; que parecen que habláramos de personajes de películas de serie B, pero son muy reales en ese mundillo.

No es que esté de acuerdo ni en desacuerdo con la teoría del muchacho. Coincido con los arqueólogos en algunas lagunas de su teoría en comparación con otras ciudades importantes. Pero para no aburrir al amigo lector, digamos que no niego la posibilidad de que, aun así,  cierta razón tenga o, por lo menos, que la casualidad le acompañó en esta ocasión y realmente haya algo en la zona.

Así que en su momento, a los pocos días de que saliese el desmentido de la noticia de los expertos, fui a la fuente que dio veracidad a la teoría de Willians y contacté con el Sr. LaRocque. Como él mismo me comentó, nadie le había pedido su opinión, solo juzgaron datos circunstanciales.

Veamos lo que el Doctor LaRocque me comentó al respecto:

“En realidad, hubo muchas controversias frente a las noticias publicadas en los medios de comunicación. Varios periódicos han exagerado la noticia, hablando de “descubrimiento” en lugar de “posibilidad de un descubrimiento” cuando por parte nuestra nunca se expresó de forma tajante. De hecho, el descubrimiento de una ciudad maya puede hacerse solamente por una expedición sobre el terreno

La primera controversia viene de la imagen que los periódicos han usado como localización posible de la ciudad maya sugerida por William Gadoury. Algunos periódicos identificaron este sitio en Belice, mientras que otros en Guatemala, pero principalmente el primero es el que más se utilizó. Y todos los expertos criticaron que, lo que se señalaba como una ciudad, era un antiguo campo de cultivo de maíz (milpa).

Es un error porque, de hecho, ni William ni yo, hemos querido situar precisamente la posición de esta posible ciudad, que sería en México. Sobre todo, no queremos que el sitio sea saqueado antes de que los arqueólogos confirmen la existencia del mismo.

La segunda controversia es que en algunos lugares se decía que  William Gadoury  detectó con imágenes de Google, no con sistemas de satélites profesionales y de largo alcance usados por un especialista.  Así que mucha gente, buscando tanto desacreditar como apoyar la teoría de William, han puesto en la red un motón de imágenes relacionadas con el tema con fotos que muestran una milpa (o campo de maíz) y que en realidad no están relacionadas con mi trabajo de interpretación. Por otra parte, los “especialistas” que han interpretado la imagen que muestra una milpa fueron engañados, porque estos son árboles y no plantas de maíz que crecen en esta zona.

 

La tercera controversia viene de cómo varios ‘expertos’ se pronuncian sobre el tema, con información sesgada obtenida de algunos enfoques sensacionalistas en las noticias, y nunca han contacto con nosotros. En la ciencia, es importante tener a mano todos los datos antes de tomar posición. Sin embargo, aunque estos expertos saben de nuestra existencia,  pocos se pusieron en contacto con William o conmigo. Por otro lado, William se reunió con dos arqueólogos en México, durante el verano de 2015 y he intentado contactar con ellos, pero no he recibido respuesta alguna.

Con respecto a la información en mi poder, sólo William y un arqueólogo que trabaja precisamente en las cercanías del sitio de la ciudad maya, son conscientes de la ubicación real de la supuesta ciudad ‘K’Aak’Chi’, ‘Boca de Fuego’. Aunque he recibido varias solicitudes interesantes de personas pidiéndome que les den las coordenadas del sitio, no he dado información precisa.

Con respecto a los indicios encontrados, son lo suficientemente abundantes para justificar la posible existencia de un establecimiento anterior en el lugar donde William propuso la existencia de una ciudad maya.

Varias imágenes ópticas y de radar, por supuesto muchísimo mejores que las que se encuentran en Google Earth, sugieren la existencia de formas geométricas y de un sistema de senderos a través del bosque denso del lugar. También otros datos de satélite se utilizan para localizar la posible ubicación del establecimiento maya. Estoy también en contacto con un arqueólogo para validar muchas de estas observaciones. Y estaré feliz de compartir mis observaciones con arqueólogos mexicanos y expertos para contrastar las cosas debidamente.

Continúan las investigaciones sobre la posible existencia de una ciudad maya en la selva de Yucatán, pero los índices son lo suficientemente numerosos para justificar la continuación de esta investigación.”

Esto fue lo que el Dr. Arman LaRocque nos contó, así como otras cuestiones que no nos permite publicar sobre este descubrimiento y sobre otros trabajos de nuestro entrevistado, en esta ocasión en Guatemala, que pueden dar mucha información nueva sobre la cultura maya.

Sí les avanzamos que parece que William ha encontrado la forma de hacer esa expedición y si no hay cambios será seguido por un medio muy importante a nivel mundial. No podemos decir más pero cuando vuelva a ser noticia, quizás podamos dar alguna primicia desde las páginas virtuales de Crónicas de San Borondón.

 Juan José Sánchez Ortiz

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