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José Gregorio González analiza asuntos palmeros como el Alma de Tacande, Los Hachones del Time, San Borondón, la Pared de Roberto y las apariciones de la Quinta Verde.

En plena promoción de la nueva edición Canarias Misteriosa, un clásico de las librerías de las islas con casi dos décadas de existencia, su autor, José Gregorio González, no ha dudado en señalar en el transcurso de un encuentro virtual con lectores, que “la isla de La Palma es un territorio que atesora algunos de los más potentes y longevos misterios de Canarias. No hay sino que pensar en que desde el año 1628 nos acompaña el primer expediente X español, los sucesos inexplicables del Alma de Tacande en El Paso. Durante casi tres meses voces inteligibles surgidas del vacío y objetos que se materializaban de la nada, sorprendieron a propios y extraños, revelando la investigación archivística moderna que los personajes y el parentesco entre ellos descrito en el relato presumiblemente legendario, se corresponde con el de vecinos reales de El Paso”

González dedica un extenso capítulo al misterio de Tacande, dando cuenta de otros temas enigmáticos donde la persistencia de fenómenos de difícil explicación, terminó generando un relato popular con el fin de integrarlo y convivir con ellos. “Es el caso de los Hachones del Time, una misteriosa luminaria que merodeaba por el Valle de Aridane, el Barranco de las Angustia y El Time, a la que se le asignó la leyenda de un alma que penaba por quemar una cruz, o la percepción de encantamiento que rodea a la espectacular Pared de Roberto, atribuida al mismísimo diablo, donde desde antaño se piensa que el tiempo se transforma y es posible observar destellos saliendo de las rocas o escuchar el rumor de voces” detalla el investigador canario.

Resulta muy evidente la especial y estrecha relación que La Palma tiene con otros temas misteriosos clásicos y con una arraigada presencia en la cultura canaria, como es el caso de las observaciones de la isla fantasma de San Borondón. Las tierras palmeras acumulan muchos casos de avistamientos, incluso alguna expedición fallida en su búsqueda, llegando a ser retratada desde Los Llanos en 1957 y a marcar la toponimia de la isla con ejemplos como el barrio de San Borondón en Tazacorte. De este asunto se ocupan también González en las páginas de Canarias Misteriosa, libro en el que La Palma cobra protagonismo también a través de la crónica de algunos casos de avistamiento de OVNIs ocurridos en la isla, o de la casuística espectral que se atribuye a la Quinta Verde, en Santa Cruz de La Palma, emblemático inmueble en cuyos jardines dicen que pasea el fantasma de una dama blanca.

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