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Los distintos pueblos a través de la historia han intentado desentrañar las distintas pautas de los fenómenos atmosféricos y la climatología en general. Los refranes y dichos populares, junto a la observación de elementos cotidianos del entorno, son los manuales con los que los hombres y mujeres del pasado han construido un pensamiento mágico para dar respuesta a las incertidumbres que les deparaba el clima y del que dependía su sustento.

En Canarias, tierra donde el clima lo es todo para los hombres y mujeres que viven de la tierra, este tipo de predicciones fueron muy importantes para los quehaceres de la vida cotidiana. El saber cuándo plantar, que días eran los más propicios para salir a faenar a la mar, o qué momento era el adecuado para mover al ganado hacia los mejores pastos, requerían de personas que se dedicaban a interpretar el lenguaje simbólico de animales, plantas y la tierra en general.

La cabañuela

Las cabañuelas, es un método de predicción meteorológica, basado en la observación de los fenómenos atmosféricos en determinadas épocas del año, para así poder hacer un pronóstico a largo plazo. Las primeras referencias a estas predicciones son muy prístinas. Ya en la antigua Babilonia se celebraba la “Fiesta de las Suertes” o Zamuk, en el rito de año nuevo babilónico, en la que se profetizaba el tiempo para cada uno de los doce meses del año.

El conocedor de las cabañuelas en Canarias, que solía ser por costumbre una persona de el ámbito rural (campesino o cabrero), en principio sólo recurre a la observación de los primeros 24 días de Agosto de cada año durante su transcurso para pronosticar qué tiempo será el que se disfrutará en los próximos doce meses, siendo los primeros doce días pronósticos de los meses en orden numérico ascendente (1agosto; 2septiembre, etc.) y los segundo doce días, pronostica los meses en orden numérico descendente (13julio; 14junio; etc.) siendo conocidos éstos últimos días como las retornadas.

Hoy en día en Canarias, unas de las personas más representativas de esta antigua tradición es D. Horacio Dorta, quien pacientemente recogió en su juventud las tradiciones orales sobre este método de predicción y que actualmente sigue practicando, para él y personas que se acercan para aprender esta forma de vaticinio, hasta la costa del municipio de Los Silos donde en los meses de Agosto y Diciembre, recoge los datos para su posterior pronostico. Para esta tarea utiliza el método, que consiste en tomar horas de reloj y asignarle un mes. Posteriormente dentro de esa hora se observa los cambios de dirección de viento, la mar etc. Para sacar un auspicio del mes correspondiente.

Día de enero

Hora

Meses que representa

Hora

Meses que representa

25

0:00 a 11:59

Enero

12:00 a 23:59

Febrero

26

0:00 a 11:59

Marzo

12:00 a 23:59

Abril

27

0:00 a 11:59

Mayo

12:00 a 23:59

Junio

28

0:00 a 11:59

Julio

12:00 a 23:59

Agosto

29

0:00 a 11:59

Septiembre

12:00 a 23:59

Octubre

30

0:00 a 11:59

Noviembre

12:00 a 23:59

Diciembre

31

El día 31 se toman tramos de dos horas, correspondientes a cada mes en orden descendente.

Hora

Mes

Hora

Mes

0:00 a 1:59

Diciembre

12:00 a 13:59

Junio

2:00 a 3:59

Noviembre

14:00 a 15:59

Mayo

4:00 a 5:59

Octubre

16:00 a 17:59

Abril

6:00 a 7:59

Septiembre

18:00 a 19:59

Marzo

8:00 a 9:59

Agosto

20:00 a 21:59

Febrero

10:00 a 11:59

Julio

22:00 a 23:59

Enero

Para predecir el fenómeno atmosférico, la tradición oral en Canarias, tenía también todo un repertorio de indicadores, mucho de ellos con raíces más que probables de los antiguos canarios.

El sol y la luna en el firmamento, son de los astros más utilizados como métodos certeros e inmediatos de interpretación del tiempo:

El color del Sol, del cielo y de las nubes, tanto a la salida como a la puesta del sol, se interpreta, a menudo, como señales precursoras de lluvia o de tiempo seco.
Cuando la luz del Sol o de la Luna se forma velos de color grisáceo o azulado, alrededor con un cerco luminoso denominado corona, anuncian lluvias.
Luna de octubre siete lunas cubre.

Otros ejemplos de procedimientos interpretativos, son los que presentan las señales de la naturaleza:

La costumbre de plantar verodes en los tejados de las casas, pues si estas plantas endémicas de Canarias florecen antes de dar hojas es señal de año venidero bueno.
La observación de la paja de los cereales, que cuando presenta abundantes tizones negros presagia lluvias en abundancia.
La tonalidad del mar, que cuando por San Juan se ve irisado de matices verdes, anuncia buen año.
 

Los aberruntos del tiempo

En Canarias abarruntar en lugar del español barruntar: “Ir, prever, conjeturar o presentir por alguna señalo indicio”, está constituido por dos compendios; un “indicio” y un “pronóstico”. El indicio es siempre un hecho extraño a la voluntad del hombre, o, al menos, no intencionado. Por el contrario, el pronóstico es siempre un hecho futuro que acontecerá.

Entre el indicio y el pronóstico hay una relación de causalidad popular, realizada en base a los acontecimientos pasados que fueron precedidos por señales parecidas y que la tradición oral guarda como elementos para desentrañar el futuro.

Para los aberruntos atmosféricos, se encuentran los refranes, que se guardan como indicadores predictivos:

“Si el Teide se pone toca, niñas recojan la ropa”

“Arco iris de poniente, coge las mulas y vente”

“Luna de octubre siete lunas cubre”

“Pascua en domingo, vende tu capa y échala en trigo”

En Abril no hay papa chica, ni higo ruin”

“Cerco de luna moja laguna”

Entre las observaciones de circunstancias del entorno, nace lo aberruntos como predicción a largo plazo:

“Cuando el agua llovida está fría aberrunta que ya no va a llover más”

“Cuando el agua llovida está caliente aberrunta que pronto lloverá otra vez”

“Cuando los verodes echan la flor antes que la hoja aberruntan buen año”

“Cuando se ven los abejorros por la noche aberruntan calores”

“Si un calcetín se rompe por la punta aberrunta un año de sequía”

“E1 cielo negro con estrellas aberrunta viento sur”

“Si al salir el sol el cielo está colorado aberrunta que por la tarde hará calor”

“Cuando llegan a un pueblo más de dos curas juntos aberruntan mal tiempo en la mar”

“Cuando de la echada de una gallina salen todos machos aberrunta sequía”

“Cuando las gallinas se levantan temprano buscando comida aberruntan buen año”

“Cuando los gallos cantan antes de las diez de la noche aberruntan cambio de tiempo”

“Si las hormigas tapan sus casas con tierra y pajullos aberruntan lluvia”

“Si por la noche se oye que se raja la madera de los muebles aberrunta invierno duro”

“Las nubes rosas aberruntan calor

“Las nubes azules aberruntan frío”

“Las nubes negras aberruntan lluvia”

“Cuando una perra pare varios perros negros y uno blanco aberrunta buen año”

“Cuando las cabras en el verano hacen las cagarrutas blandas aberruntan buen año”

Estos métodos que antaño cumplieron una función vital, al intentar arrancar al futuro la respuesta a la incertidumbre de los cambios climáticos que podían evitar las calamidades por malas cosechas, a día de hoy ya no se suelen tomar en consideración.

Si bien es necesaria su conservación etnográfica para futuras generaciones, como tesoro de nuestra cultura popular (labor encomiable esta, que realizan en distintas islas muchos colectivos culturales), los modernos dispositivos nos dan respuesta en tiempo real de los pronósticos atmosféricos. Aunque a decir verdad, nada es infalible, pues las modernas técnicas meteorológicas también tienen una mezcla de cabañuelas y aberruntos con una pátina de ciencia…

                                                               Fernando Hernández González

 

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