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Aunque para muchos sigue abierto el debate sobre la existencia real de Jesús de Nazaret, es decir, como personaje histórico de carne y hueso, e incluso en el caso de su existencia, el concerniente a la aparente irrelevancia de su paso por la historia de su tiempo, la ciencia y la tecnología no han cesado en su intento de ponerle rostro. Somos partidarios de quienes sostienen que la existencia real de Jesús genera menos problemas históricos que defender su inexistencia, aunque este es un asunto que no afecta al objetivo de estas líneas. La influencia del personaje y del mensaje que se le atribuye ha sido, y es, extraordinaria a lo largo de los últimos dos mil años. El arte, con desigual acierto en función de la época, cultura y talento, le ha puesto mil rostros a Jesús, muchas veces en contra de la lógica y de lo que la ciencia nos indica. Y es que, a partir del estudio de fuentes escritas, de hallazgos arqueológicos, y en tiempos más recientes, de lo que sabemos sobre el ADN y la evolución y distribución en el territorio de las poblaciones, podemos acotar aspectos, estaturas, color de piel y cabello, etc., de los pueblos del pasado.

Del arte a la inteligencia artificial

En estos días se ha viralizado la enésima imagen de Jesús que ha sido generada mediante un programa de inteligencia artificial, en este caso el Midjourney. El diario Daily Star ha promovido el nuevo diseño, que trabaja sobre fotografías de la Sábana Santa de Turín. El resultado entra dentro de lo convencional y recuerda a la manera en la que ha sido retratado durante siglos por muchos artistas. En 2020 el artista y fotógrafo belga Bas Uterwijk usó otro software, en este caso el Artbreeder, para reconstruir también el rosto del Mesías. El resultado fue, por decirlo de alguna manera, exótico. La tecnología le permite recrear imágenes fotorrealistas de figuras históricas usando imágenes previas, en este caso, también de la Sábana Santa y de cuadros como el afamado Salvator Mundi de Leonardo da Vinci. Curiosamente, la semejanza entre estas dos imágenes es de tal calibre que ha llevado a proponer que Leonardo pudo ser el autor de la propia Síndone, -opción improbable por motivos diversos- o bien tener a la afamada reliquia como modelo cuando creaba su Salvator hace 500 años.

En 2015 fueron forenses de la policía italiana quienes, rizando el rizo, se atrevieron a mostrar el aspecto de Jesús de niño, con 12 años. Para ello, en vez de envejecer como habitualmente se hace para imagina el aspecto de personas desaparecidas, se aplicó la técnica a la inversa, rejuveneciendo a partir, una vez más, del rostro de la Sábana Santa.

El experto en diseño informativo y artista Ray Downing fue de los primeros en trabajar con programas informáticos para poner cara a Jesús. Lo hizo en 2010 recreando en 3D para History Channel lo que dio en llamar El verdadero rostro de Cristo. También usó la Síndone como punto de partida logrando un aspecto convencional. Hace menos de seis meses, e inspirado por Downing, el artista peruano Walter Huamán se marcó su propio Jesús, en este caso predicando y en distintas posturas, echando mano también de la IA.

Sin duda, el más sorprendente con respecto al resultado, y en apariencia también el más fiable por el procedimiento seguido, es el rostro recreado en 2001 por Richard Neave, experto británico en reconstrucción facial forense y ex miembro de la Unidad de Arte en Medicina de la Universidad de Manchester. La Sábana Santa no fue utilizada en este caso. Trabajó sobre tres cráneos judíos del siglo I, enriqueciendo su reconstrucción con información de hallazgos arqueológicos y fuentes escritas. Tez oscura, rostro y nariz anchos, cuerpo robusto por dedicarse a la carpintería y una estatura de 1,50 metros fueron algunos de los resultados. Obviamente lo que logró no fue un Jesús idílico, sino un judío potencial de hace 2000 años al que Jesús podría haberse parecido.

En España tenemos al menos un intento reciente, y también discutido, el desarrollado hace unos meses por Alvaro Blanco a través de la empresa ArtiSplendore. Trabajaron con fotos de la Sábana Santa y reconstruyeron de manera hiperrealista todo el cuerpo en látex y silicona, como parte de la muestra “The Mystery Man” El resultado impresiona.

 

                                                           José Gregorio González

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