COMPARTE:

Saludando a posibles escuchas.-

Los radioaficionados nos despedimos de nuestros corresponsales con la frase que encabeza este artículo. Así, decimos adiós a aquellos que sintonizando en nuestra misma frecuencia, no han participado en nuestra conversación, permaneciendo solo a la escucha.

Recuerdo también, en más de una ocasión, llamadas telefónicas mantenidas con el recordado Paco Padrón, donde en alguna ocasión escuchábamos chasquidos metálicos, como de “arranque” de aparatos de grabación, de “despausar” cabezales, a lo que Paco siempre saltaba socarronamente: ¡Saludos a los escuchadores!. Incluso una vez, me comentó que había descolgado el teléfono para llamar a un familiar, y había oído un chasquido, y una voz que decía: ¡Qué no coño; así está bien conectado!

Es tema de conversación en muchos corrillos de temáticas conspiranoicas, y de tertulias de cafelitos y bollos, sin tanta alharaca, que estamos desde hace años siendo escuchados, vigiladas nuestras conversaciones y en los últimos años nuestras misivas electrónicas, por “esos”, por “ellos”, por… “ya se sabe quienes”.

Un poco de historia. A pocos se les escapa el amplio camino de cooperación entre los Estados Unidos e Inglaterra en materia de temas relacionados con el espionaje y lo militar durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a esa cooperación, personal de los servicios de inteligencia de ambas potencias de forma conjunta, lograron desencriptar las claves de la famosa máquina Enigma, o la japonesa conocida como Púrpura. Así se consolidaba el acuerdo de colaboración ante la nueva situación que comenzaba: la Guerra Fría. Ambas potencias firman en ese momento, un acuerdo altamente secreto que se conoció como pacto UKUSA, por las siglas de ambos países. Se unirían más adelante Canadá, Nueva Zelanda y Australia. Se conoció su existencia públicamente en 1999, en los umbrales del nuevo siglo.

En pleno auge de la Guerra Fría, en los años 50 y 60, los países conformados en este grupo sacaron provecho de esa fuerza militar y de espionaje nacida al principio de la Segunda Gran Guerra, para continuar vigilando al “gigante soviético” y los aliados del llamado Pacto de Varsovia, instalando grandes complejos de antenas en territorios aliados, con las que escuchaban las comunicaciones que se producían en los márgenes de Alta Frecuencia. También inventaron muchos artilugios que estaban a la última en tecnología del momento, incluso para interceptar las comunicaciones y la información que viajaba por cables submarinos, las cuales cada vez eran más prolíficas a lo largo del planeta. Así los miembros de UKUSA vigilaban a la URSS y el resto de países del Pacto en sus avances armamentísticos y nucleares.

Un salto de… ¿calidad?. En los años 70 y con los primeros lanzamientos al espacio de satélites para el uso civil, las comunicaciones dieron un salto adelante espectacular. Y es en ese tiempo cuando nace Echelon. Una red espía promulgada por los países que conformaron UKUSA, y que ante lanzamientos de satélites de la red Intelsat, Inmarsat, Eutelsat, etc., respondían construyendo e instalando desde duplas sencillas a complejas instalaciones de antenas parabólicas gigantescas que servirían, en teoría (y en la práctica), en lugares secretos o remotos, incluso inhóspitos, para interceptar sus emisiones y comunicaciones. ¡Echelon vive!

¿Cómo funciona(ría) Echelon? Pues un complejo sistema de macroordendores, dotados de programas basados en potentes algoritmos, y que algunos llaman “Dictionary”, estarían las veinticuatro horas del día, todos los días del año, y de una forma similar de búsqueda al utilizado por nuestro “tío Google”, para interceptar mensajes que contuvieran “palabras clave” programadas de antemano. Así se abarataron los costes que producían mantener la cantidad de traductores, analistas y criptólogos militares, que realizaban ese trabajo de interceptar, analizar, verificar , informar y transmitir informes a los servicios de inteligencia, y éstos a los Gobiernos de turno. La ingente cantidad de información que se producía en el mundo, utilizando los nuevos avances, descubrimientos e inventos, sumado a la gigantesca burocracia que mantenían las potencias aliadas hacía imposible mantener un sistema manual por más tiempo y se decidió implantar uno automatizado, escarbando, desbrozando la información y seleccionando sólo lo interesante para los analistas.

¿Dónde vive Echelon? Según desvela el escritor Nicky Hager en su libro Secret Power, las bases principales del sistema “Echelon” se encuentran en la sede de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en Fort George Meade (Maryland, EEUU) y en la base británica de Menwith Hill (al norte del condado de Yorksire, Inglaterra). Los avances tecnológicos han hecho sustanciales mejoras en Echelon, permitiendo desde el manejo prácticamente por control remoto de bases secretas de escucha, sin que sean mantenidas por ningún tipo de personal humano, o sólo el mínimo indispensable para el mantenimiento del material tecnológico. Así Echelon es mantenido por unos pocos técnicos y analistas realizando un trabajo que antes desarrollaban centenares, de profesionales de la interceptación de las comunicaciones.

De Echelon a USSS. USSS, son las siglas en inglés de Sistema de Espionaje de Señales de los Estados Unidos (United States Sigint System). Bajo las siglas USSS se engloban varios departamentos de la CIA, la poderosa Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana, y oficinas de la Armada y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. A la misma operativa se unen los países integrantes del acuerdo UKUSA. El Reino Unido, con su GCHQ (Government Communications Headquarters), su agencia homónima de la Sigint americana. El resto de países miembros también colaboran usando los mismos sistemas, algoritmos y programas, en el análisis y proceso de las informaciones que se producen a diario a nivel mundial.

Bueno, entonces… Echelon, ¿sería capaz de interceptar cualquier tipo de comunicación mundial? ¿Todo tipo de comunicación que se realice por satélite, cables submarinos, de fibra óptica y el tráfico que se genere por internet? Bueno, bueno… Parece que la información que vaya por cable, solo es posible interceptarla si se puede acceder a los sites (lugares) o nodos, donde estos cables asoman a la superficie para bifurcarse o para acoplar amplificadores de señal que se utilizarían para no perder “potencia” antes de volver “a coger camino” nuevamente.

Resumiendo: Si esto es (fuera) así, cualquier correo electrónico, videoconferencia, llamada telefónica o incluso los obsoletos faxes, podrían ser interceptados al paso por uno de esos nudos de comunicaciones que estuvieran “pinchados”.

El día 5 de septiembre de 2001 el Pleno del Parlamento Europeo denunciaba mediante Resolución la existencia de Echelon, recomendando a los ciudadanos encriptar sus comunicaciones para evitar este espionaje, involucrando en esta red de espionaje de las comunicaciones a Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Apenas seis días después, el 11 de septiembre, Al Qaeda realizó el atentado contra las Torres Gemelas. ¿Estaban apagados los súper ordenadores? En la actualidad todos los países de aquel “club UKUSA” han reconocido su pertenencia al mismo. Se calcula que EEUU, el Reino Unido y otros países tienen una veintena de estaciones para espiar las comunicaciones vía satélite. Desde el 26 de marzo de 2002, el Ministerio de Ciencia y Tecnología español recomienda oficialmente a los ciudadanos que encripten sus correos electrónicos. La Constitución española reconoce la inviolabilidad de las comunicaciones como un derecho fundamental.

El informe europeo sobre el caso Echelon afirma que, “si en una estación (militar) se encuentran dos o más antenas de recepción de satélite de más de 18 metros, es seguro que allí se escuchan comunicaciones civiles” Según la Wikipedia, se estima que ECHELON intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día.

Unos guiños al cine. En la película Echelon Conspiracy (2009), un joven ingeniero estadounidense recibe, sin previo aviso, un teléfono móvil a través del cual empieza a recibir mensajes que le prometen acceder a informaciones secretas de forma totalmente anónima y enriquecerse así hasta límites inabarcables. Ello le convierte en el punto de mira del gobierno y de un amplio despliegue a nivel internacional por parte de quienes anhelan hacerse con el poderoso aparato.

En la película El Ultimátum de Bourne (2007), la oficina de la CIA en el Reino Unido intercepta una palabra de las consideradas como “alerta” en una conversación a través de un teléfono móvil de un periodista británico, gracias a la red ECHELON. Dicha red es nombrada varias veces en la película.

Hace unos días, un amigo informático me comentaba: Te imaginas que llames para pedir una pizza y te pidan tu número de teléfono para comprobar más adelante otros posibles pedidos y rellenar su base de datos; muchas lo hacen, le dije. Imagina, continuó, que a partir de este dato, la pizzería tiene todo tipo de información sobre ti; tu estado de salud, familia, historial penal, últimos pagos realizados con tarjeta bancaria. Otro día, al encargar dos pizzas especiales y una coca-cola, la operadora de la pizzería te dice que no lo tienes permitido porque tus informes médicos delatan que tienes hipertensión, algo de azúcar y colesterol, y no es buena esa combinación para tu salud.

Mmm… Facebook, Instagram, Twitter… ¿familiares de Echelon? ¿Tío Google?

Bah… No tengo nada que esconder. ¿Seguro?

Ricardo Martín,  radioaficionado

COMPARTE: