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TORTUGAS MÁGICAS Y GUERRERAS

De entre las más de 250 especies de tortuga que podemos encontrar en la naturaleza, las hallamos terrestres y acuáticas, de ambientes marinos o de agua dulce, capaces de superar los dos metros de longitud o incluso de vivir con solvencia por encima de los cien años. El mundo de estos singulares reptiles es apasionante, y las leyendas que han florecido en torno a ellas completamente cautivadoras.

Este no es un artículo al uso sobre tortugas. No vamos a contar que la tortuga más grande con la que nos podemos tomar en el océano en la Tortuga Laúd (Dermochelys coriacea)capaz de alcanzar tallas de hasta 2,3 metros, ni que su más directa competidora en tierra es la Tortuga Gigante de la Isla Galápagos (Geochelone nigra), de la que sobreviven varias especies y en las que podemos encontrar ejemplares de hasta 1,5 metros. Tampoco vamos a revelar aquí que habitan nuestro planeta desde tiempos del Triásico, hace al menos 220 millones de años, y que en su proceso evolutivo han alternado del medio terrestre al acuático en varias ocasiones.

Por el contrario de lo que nos vamos a ocupar en estas líneas es del poder evocador que ha emanado de ellas, de la fascinación que han despertado en diferentes culturas y de la manera en la que su gran longevidad y parsimonioso comportamiento, las han convertido en símbolos de sabiduría y paciencia.

Una maquina del tiempo

Una de las historias legendarias más curiosas que podemos encontrar vinculadas con las tortugas nos traslada hasta Japón, país en el que estos animales suelen estar asociados al poder, el honor y la sabiduría. Allí encontramos además dos criaturas muy curiosas y extrañas con atributos de tortuga, el Kappa y el Genbu. Los poderosos kappas, que habitan ríos y lagunas y que tiene el tamaño de un niño, presentan un aspecto a medio camino entre un humano y una rana, con el rostro de tortuga. Por su parte los genbu, monstruos que rigen el norte y el elemento tierra, mezclan características de tortuga y de serpiente, y su origen se sitúa en la cultura popular china. En todo caso la historia que queremos destacar es la de Urashima Taro, que se remonta al siglo VIII y que comienza con un pescador que un buen día observa en la playa como unos niños están golpeando a una tortuga. Tras recriminarles devuelve al animal al mar salvándole la vida, descubriendo que a quien ha salvado realmente era a Otohime, la hija del Emperador del Mar, Ryujin, mutada en tortuga. Ésta le invita a visitar el palacio submarino del Dios Dragón del Mar, otorgándole el don de respirar bajo el agua. Es allí donde la tortuga se transforma en princesa con apariencia humana. Al cabo de tres días Urashima Taro regresa a la superficie anhelando cuidar de su anciana madre, portando un regalo muy especial, una caja que le entrega la princesa y que por ningún concepto debe abrir. Al llegar a su aldea el pescador contempla atónito que todo ha cambiado, y al informarse y preguntar por su familia descubre que han pasado 300 años. Aturdido y sin comprender cómo aquellos tres días en el fondo de océano se han convertido en tres siglos en tierra firme, abre la misteriosa caja de la que sale un humo blanco. Al instante envejece rápidamente, mientras una voz saliendo de la caja le dice <te dije que no abrieras nunca la caja, en ella estaba su vejez> Aunque hay varias versiones, lo que nos interesa es comprobar como la princesa muta en tortuga, así como el control del envejecimiento que otorga visitar sus dominios.

La tortuga emperador y la leyenda maya

Pero hay más historias curiosas y mágicas vinculadas con estos asombrosos animales, como aquellas que en diferentes partes del mundo la convierten en la Tortuga del Mundo o la Tortuga Cósmica. En la mitología hindú encontramos a Akupera, citada frecuentemente también bajo los nombres de Kurma y de Kurmaraja, que sirve para nombrar a una tortuga gigante que sostenía sobre ella a cuatro elefantes sobre los que a su vez reposaba nada menos que el mundo. En China tiene un papel primordial, representando la sabiduría y la longevidad, siendo uno de los cuatro animales sagrados, y el único real, que custodian el mundo. Por su parte bastantes tribus nativas de Estados Unidos tenían en gran estima a las tortugas, y las incluían entre sus animales proyectores y benefactores. Por ejemplo el mito de los iroquois cuenta como a lomos de una tortuga gigante sobrevive el primer ser humano caído del cielo, una mujer embarazada de gemelos.

Una leyenda maya cuenta como el Sol y la Luna escaparon a una gran destrucción refugiándose bajo el caparazón de una tortuga. Curiosamente en los últimos años diversos descubrimientos están poniendo al descubierto la importancia que las tortugas tuvieron en los mitos y creencias de las culturas precolombinas, en las que hasta hace muy poco apenas se hablaba únicamente de serpientes, jaguares y aves.

Tenemos que situarnos en Vietnam para descubrir otra apasionante historia, un mito que a su vez está ligado a la existencia real de algunas tortugas. Nos tenemos que situar en el siglo XV, cuando China invade Vietnam, para encontrarnos con una tortuga sabia y mágica que emerge de las aguas del lago Hoan Kiem (“la espada restaurada”), en la actual Hanoi, para entregar al emperador Le Loi, fundador de la Dinastía Lê, una espada mágica llamada Thuận Thiên, que se traduce como “voluntad celestial”. Con ella el guerrero, en clara desventaja frente al ejército imperial chino, logra tras diez años de lucha la victoria contra las tropas Ming y devuelve la mágica arma a nuestra tortuga, que tras tragársela la custodia desde entonces en las aguas del lago. Curiosamente, en esa pequeña laguna de apenas 640 por 220 metros hoy rodeada de una creciente urbe hay, además de un hermoso templo y una pagoda en la que se conserva una tortuga disecada que la tradición identifica con la legendaria, una pequeña masa de tierra o islote conocida como Isla de la Tortuga Dorada. Allí, donde encontramos además la llamada Torre Tortuga, salían a tomar el sol las tortugas gigantes que antaño abundaban en el lago y de la que hoy, al parecer, queda un único ejemplar vivo en el lugar. Alrededor de ella se ha generado una controversia científica y política, en la que se debate sí se trata de una especie única y diferenciada o bien de un ejemplar de una especie ya conocida.
José Gregorio González

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