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Es evidente como el cambio climático afecta a todos los países del mundo por igual, y que su efecto negativo sobre la economía, la vida de las personas y las comunidades se está dejando sentir con claridad. En un futuro próximo se considera que si no intervenimos con inmediatez y determinación, las consecuencias en el futuro podrían ser verdaderamente catastróficas. El enfoque inesperado de esta problemática nos lo proporciona un dron.

El canon a pagar por la adopción de medidas de tipo urgentes que permitan frenar el cambio en el clima puede parecer muy alto. Sin embargo, no invertir en este tipo de acciones estaría impidiendo la posibilidad de adaptación a las nuevas realidades creadas por el cambio climático. Y no solo eso, sino también la posibilidad de usar tecnologías como el dron e incluso crear nuevos puestos de trabajo cuando otros se vean muy posiblemente abocados a desaparecer.

La alteración en los patrones climáticos afecta inexorable a la temperatura, como al nivel y la acidificación del mar, y por consiguiente a la alteración de la diversidad de las especies. Esto tiene consecuencias graves no solo en el mar abierto o en las profundidades marinas, también en las zonas costeras. Y en la alimentación humana basada por ejemplo en acuicultura vinculada a la explotación de los recursos marinos.

El registro eficiente de datos de forma no intrusiva: el reto

Para alcanzar ese objetivo es necesario ir por delante, diseñando planes que nos permiten poder anticiparnos y conseguir la minimización del efecto del cambio climático en los hábitats marinos de interés. Para proteger el espacio marino y permitir en la medida de lo posible la explotación sostenible de recursos.

Para lograr este objetivo es necesario la toma de datos masiva y la posibilidad posterior en su análisis por los expertos en poder extraer información sobre ellos. Únicamente de esta forma, mediante la confección de modelos de hábitats y ecosistemas se puede analizar las condiciones futuras que afectarán a la distribución, abundancia y dinámica poblacional de especies. Se pueden desarrollar mapas de riesgo y vulnerabilidad de impactos lo que nos proporciona el estudio de posibles medidas correctoras y la elaboración de planes de contingencia. Toda una intensa labor de investigación científica.

El dilema es como obtener datos de una forma eficiente. Esto significa de un modo no contaminante y mínimamente intrusivo, con el menor consumo energético posible de fuente segura y renovable. Diseñado para funcionar durante largos periodos de tiempo.

El Itsasdrone: génesis del dron

Para lograrlo, el centro de desarrollo de ciencia y tecnología español AZTI, sito en Vizcaya que está involucrado en la realización de proyectos con el medio ambiente marino en colaboración con organismos de Naciones Unidas. Y junto con la compañía Branka Composites, ha construido el Itsasdrone, un dron de funcionamiento totalmente autónomo y de superficie marino (parecido a un pequeño catamarán) para campañas de toma de datos de larga duración. Supone toda una innovación en este campo. El Itsasdrone opera únicamente con energías renovables y está certificado con cero emisiones netas. El material de que se compone, composite con el que está construido contiene un 30% de componentes de origen biológico no industrial, siendo los procesos de fabricación necesarios respetuosos con los distintos protocolos y normativa aplicables al medio ambiente.

Misiones y desempeños del dron marino

Entre las variadas misiones que puede desempañar están entre otras, la adquisición de datos para estudios de carácter hidrográficos, así como de muestreos oceanográficos, medición de olas y corrientes marinas. Estudio de las poblaciones de peces, y de migración de especies marinas. Puede llevar a cabo mediciones en zonas peligrosas, recopilar datos meteorológicos y de composición del aire, así como medir la actividad solar. Además puede ser empleado con eficiencia en el rastreo de derrames de petróleo, químicos o desechos marinos.

Otros usos

Además, debido a su diseño específicamente extraordinariamente poco intrusivo, ofrece capacidades adicionales al margen de su uso científico para el control del cambio climático. Tales como para el control y motorización de actividades como la industria pesquera, tráficos ilegales hasta la vigilancia de objetivos de carácter militar e incluso la detección de minas. Al margen de poder ser usado estrictamente en labores propias de inteligencia e interceptación de comunicaciones.

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