En La Palma aparece grabado en el paredón rocoso de El Lomo de La Fajana (El Paso) lo que podría ser un enorme mapa con innumerables detalles. Posiblemente se trate de una representación de las que antiguamente serían las zonas más importantes de un extenso territorio con las características que entonces les eran propias.
La interpretación que sigue explica de manera comprensible o imaginable, con ayuda de fotos, el posible significado de algunos símbolos. Los distintos motivos a menudo aparecen divididos en pequeñas secciones o parcelas, posiblemente para definir zonas o áreas que, o bien aun hoy coinciden a la perfección con los signos, o bien ya no pueden relacionarse con exactitud debido a cambios producidos en el tipo de utilización del suelo, a la acción de la erosión, etc. Aun así, es posible asociar elementos muy específicos del paisaje a determinados petroglifos en virtud de distintos signos particulares de uso o aprovechamiento, así como de características topográficas y apariencia o morfología. La suma de las propiedades comprobables revela que estos grabados rupestres con toda probabilidad podrían representar un verdadero mapa rupestre de los indígenas.
Así por ejemplo, la Montaña de Argual, aunque de apariencia poco llamativa, seguramente tendría una importancia considerable tanto para los indígenas como posteriormente para los conquistadores, pues desde su cima puede verse tanto el otro lado del Barranco de las Angustias, el interior de la Caldera de Taburiente como la cumbre del Pico Bejenado, el Tagoror de la Cancelita, el antiguo poblado del Hoyo-Peña del Diablo, la Montaña de la Hiedra, Montaña Quemada y los tres conos volcánicos de Aridane que se alinean en dirección sur, así como la bahía del Puerto de Tazacorte. Todos estos puntos podrían haber formado parte de un grupo de elevaciones ‘centinela’ que posiblemente se extendiera por toda la isla como ‘red de comunicaciones’ para la transmisión de mensajes por medio de señales de fuego y humo, así como por señales acústicas que, por ejemplo, podían producirse por medio de grandes caracolas (bucio). Un planteamiento que el arqueólogo Dr. Jorge Pais expone de la siguiente forma: «De cualquier forma, sí nos parece plausible señalar que la cima de todas estas montañas, y otras como los volcanes del Valle Aridane (Tenisca, Triana, Argual, La Laguna y Todoque), fuesen utilizadas como lugares para realizar señales mediante el uso del fuego y advertir así a toda la isla de algún peligro (…)» (Pais / Tejera Gaspar, 2010: 162).
La cara norte del pequeño cono volcánico de la Montaña de Argual es el límite de la localidad de Argual de Abajo y del Llano de Argual (Ilust. 1), reconocible, sobre todo, por un acueducto que a finales del siglo xv conducía el agua procedente de la Caldera a las plantaciones de caña de azúcar y al primer asentamiento colonial de la isla.
Ilust. 1: Vista panorámica desde la Montaña de Argual hacia el norte.
La parte suroeste del volcán se prolonga en una pequeña loma aplanada conocida como Bajo la Montaña de Argual (Ilust. 2). Esta zona parece corresponderse con el pequeño ‘símbolo de montaña’ integrado —marcado en la ilustración con el número 2—, mejor visible desde la carretera que asciende desde Tazacorte. Las áreas de esta loma destinadas a usos agrarios se encuentran principalmente en la hondonada que la separa del volcán principal (número 10). Aparentemente, un símbolo de montaña a menudo está formado por un pequeño círculo en el centro, rodeado de segmentos de formas específicas y rematado con una línea exterior más o menos circular.
Avanzando por la carretera que sube desde Tazacorte a Argual y que rodea el oeste de la montaña directamente por su base, se llega a una falla o fractura del terreno entre las elevaciones 1 y 2. En este lugar, posiblemente aflorara agua filtrada en época de lluvias que era almacenada y aprovechada para el riego de los terrenos situados más abajo, lo que podría sugerir el circuliforme alargado del grabado que se prolonga en una línea serpentiforme (área número 11).
Ilust. 2: La zona alrededor de la Montaña de Argual posee características semejantes a las de los petroglifos.
La zona alrededor del número 3 se corresponde bastante bien con otra prolongación del terreno al sureste de la Montaña de Argual —en la orilla de un tramo profundo del Barranco Tenisca— llamada Sorsobano (Ilust. 3). En esta área y al pie de la Montaña de Argual existen numerosas cuevas en la única pendiente escarpada, tanto junto al salto como cauce abajo, que ya pudieron haber sido utilizadas por los indígenas.
Extracto del libro La Palma fue también la isla de los cartógrafos.
Autora: Bárbara Kupka.
Traductora: Susanne Weinrich
Edición: Cartas Diferentes Ediciones, Isla de La Palma, 2018.