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YAMAPIKARYA: ME PARECE HABER VISTO UN LINDO GATITO…

 

De cuando en cuando los investigadores nos sorprenden con el descubrimiento de nuevas especies animales de gran tamaño, corrigiendo con ello la idea bastante asumida de que los catálogos de nuevas especies sólo se enriquecen con insectos y pequeñas criaturas. En Japón se busca con insistencia al Yamapikarya, un felino de gran tamaño dotado de unas sorprendentes habilidades trepadoras.

Cuando pensamos en Japón lo hacemos generalmente en clave de modernidad y tecnología, con ciudades futurista como Tokio coloreadas por la estética de su exitosa e influyente  industria del cómics. Por ello no deja de causar perplejidad y asombro que en un país tan poblado se hable aún de fauna por descubrir o de paraísos naturales por explorar. Eso es lo que parece ocurrir precisamente en la isla de Iriomote, perteneciente junto a otra treintena al archipiélago Yaeyama. Estamos ante auténtico paraíso natural, con diversidad de especies ya extintas en otros lugares que allí cuentan con su reservorio. Salvo para un ojo entrenado, los paisajes de Iriomote que en su práctica totalidad son un Parque Natural serían indistinguibles de los de la Selva Amazónica.

Fue a partir de su poblamiento tras la Segunda Guerra Mundial cuando se comenzaron a tener noticias a cerca de la existencia de un felino de considerables dimensiones en la isla. En 1965 se confirmó la existencia de un pequeño y evasivo gato montés, un fósil viviente emparentado con el gato leopardo asiático continental que fue bautizado como Prionallurus bengalensis iriomotensis, aunque popularmente se le conoce como yamaneko. No supera el medio metro de largo ni los 8 kilos de peso. Sin embargo el criptofelino que trae de cabeza a los zoólogos tiene unas dimensiones mucho mayores y unas características distintivas, recibiendo los nombres de yamapikarya “el que está en la montaña y sus ojos brillan” o bien como dai yamaneko “gato gigante de la montaña”. En los cerca de 50 informes recogidos a partir de los años sesenta del siglo pasado se les ha descrito superando los dos metros de longitud, con una cola muy larga que siempre supera la longitud del cuerpo. Su pelaje amarillo oscuro e incluso naranja cercano al marrón se completa con matizado de manchas oscuras a semejanza de un leopardo o un jaguar. Ocasionalmente también se habla de rayas como los tigres, lo que podría indicar la existencia de varios criptofelinos. Los testigos aseguran que son especialmente ágiles, buenos trepadores y capaces de lograr saltos de más de 5 metros, a veces incluso de árbol a árbol cómo estamos acostumbrados a ver  a los primates.

Una de las observaciones más recientes tuvo lugar en el año 2010, cuando un operario de vías que paradójicamente se encontraba colocando señalética para advertir a los conductores de la presencia de gatos monteses, observó a uno de estos felinos no identificados. Primero lo vio entre la maleza y después en campo abierto, a plena luz, de 1,5 metros y pelaje naranja con moteado oscuro.

Hoy por hoy los zoólogos no tienen claro cual puede ser la identidad del yamapikarya. La hipótesis más plausible, descartando que se trate de una nueva especie, es que pueda tratarse de una población de pantera nebulosa o leopardo longibardo (Neofelis nebulosa), tal vez incluso de alguna de sus subespecies, aunque se requerirían más datos o un ejemplar para corroborarlo. Otros candidatos propuestos han sido el gato dorado asiático e incluso el leopardo, que al igual que con pantera nebulosa habrían experimentado una adaptación al territorio. A la espera de una respuesta definitiva, el misterio del criptofelino nipón continúa.

José Gregorio González

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