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SAN DIEGO DEL MONTE, EJE ESPIRITUAL DE LA LAGUNA

Curanderas, brujas, místicos, leyendas milagreras y manifestaciones del más allá forman parte de una nueva ruta promovida por www.cronicasdesanborondón.es 

La Laguna viene dando en los últimos años sobrados argumentos para que pueda ser considerada “capital del misterio” o al menos, como un territorio privilegiado para que aflore en sus históricas calles lo insólito así como rico anecdotario de hechos potencialmente enigmáticos.

A los que ya han sido repetidamente apuntados dentro del casco histórico lagunero y que hoy se han normalizado en muchas rutas –las andanzas de Amaro Pargo, los prodigios de Sor María de Jesús o la leyenda fantasmal de la Casa Lercaro- se vienen a sumar ahora los recién rescatados en el perímetro de la ciudad por el escritor José Gregorio González y el equipo del programa radiofónico Crónicas de San Borondón.

La confluencia de muchos de ellos en las inmediaciones del antiguo monasterio de San Diego del Monte les ha permitido vertebrar una ruta propia, “un nuevo recorrido que nos permite observar a La Laguna desde otra perspectiva física, desde el otro lado de la laguna real de agua que antaño delimitaba los límites de la ciudad. Se da el caso que esa acumulación de agua determinó el paisaje y la manera en la que se establecieron las primeras comunidades, sospechando que también influyó en la cristalización de ciertas leyendas y creencias de los viejos laguneros”, propone González.

¿En qué se traduce todo ello? Una temprana referencia de Sir Edmund Scory del año 1600 apuntaba que “…aquellos hombres que se conducían como buenos y valientes iban al valle ameno donde ahora se levanta la gran ciudad de La Laguna”, lo que invita a pesar en la especial consideración mágica y espiritual de la que gozaban aquellos territorios desde tiempos de los guanches. Esa idea, según González, encontró continuidad en San Diego del Monte, a donde los “franciscanos deciden trasladarse construyendo desde cero un convento propio aprovechando una herencia de Juan de Ayala. Ese lugar, alejado de la gran ciudad, acunado por un frondoso bosque y separado del resto del mundo por una laguna de agua, reúne las características propias de un espacio para el retiro espiritual, la oración y la iluminación”

Los promotores de la ruta están convencidos de que San Diego era, frente a la riqueza, diversidad y suntuosidad de las iglesias y conventos que se acumulaban en la ciudad al cobijo del poder político, económico y militar, el verdadero refugio espiritual de La Laguna en la segunda mitad del Siglo XVII. Uno de sus más ilustres inquilinos durante décadas fue Fray Juan de Jesús, el frailecillo que gozó de fama de santidad y que incomodó a los pudientes con su predicación sobre la piedad y la caridad. Sus restos reposan en la vieja iglesia, centralizando siglos atrás su devoción una concurrida romería.

A ello se suma que la zona no parece elegida al azar. A la lejanía y cualidades físicas que ofrecía, se deben sumar hechos como las arraigadas tradiciones que sitúan en ese entorno el punto de reunión de las brujas, la existencia de leyendas como la del Muro del Diablo, así como la predilección de yerberos y curanderas por realizar sus prácticas también en esa misma zona, de cuyos actos daban pistas las cortezas de algunos viejos dragos.

Este domingo 23 de abril se llevará a cabo una ruta. Los interesados pueden obtener más información escribiendo a canariimedioambiente@gmail.com o llamando al 696.344.886

GALERÍA FOTOGRÁFICA
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